El Tribunal Supremo de Corea del Norte condenó el domingo a Mathew Miller, un ciudadano estadounidense, a seis años de trabajos por entrar en el país de forma ilegal para cometer un acto de espionaje.
En un juicio que duró unos 90 minutos, el tribunal dijo que Miller, de 24 años y procedente de Bakersfield, en California, rompió su visado en el aeropuerto de Pyongyang cuando entró en el país el 10 de abril y admitió tener la "loca ambición" de experimentar la vida de prisión para poder investigar en secreto la situación de derechos humanos norcoreana.
Miller, que renunció al derecho a disponer de un abogado, fue esposado y conducido fuera de la sala tras su condena. El tribunal determinó que no atendería ninguna apelación a su sentencia.
Antes del veredicto, se creía que Miller había pedido asilo al llegar a Corea del Norte. Durante el juicio, sin embargo, la acusación alegó que se trataba de una treta y que el estadounidense también había alegado poseer información secreta sobre el ejército estadounidense en Corea del Sur en su iPad y su iPod.
Miller es uno de los tres estadounidenses detenidos en Corea del Norte.
También se espera un juicio próximamente a Jeffrey Fowle, de 56 años, que entró en Corea del Norte como turista pero fue detenido en mayo por dejar una Biblia en un club provincial. Un tercer estadounidense, el misionero coreano-estadounidense Kenneth Bae, está cumpliendo una condena de 15 años de prisión por supuestos "actos hostiles".
Los tres han pedido al gobierno estadounidense que envíe un alto cargo a Pyongyang para mediar en su favor.
En una breve entrevista en la capital norcoreana con la agencia AP, celebrada la semana pasada, Miller manifestó haber escrito una carta al presidente, Barack Obama, pero que no había recibido respuesta.
Estados Unidos se ha ofrecido en varias ocasiones a enviar a Pyongyang a su delegado para asuntos de derechos humanos norcoreanos, Robert King, para solicitar un indulto para Bae y otros detenidos estadounidenses, pero sin éxito.