La candidata del Partido Socialista Brasileño, Marina Silva, que, según las encuestas, disputará la presidencia en una segunda vuelta con la mandataria brasileña Dilma Rousseff, en la que se prevé un empate, "lloró" por las críticas del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al que acompañó políticamente por 24 años, informó hoy la prensa local.
"No puedo controlar lo que Lula puede hacer contra mí, pero puedo controlar que no quiero hacer nada contra él"
"No puedo controlar lo que Lula puede hacer contra mí, pero puedo controlar que no quiero hacer nada contra él", declaró la ambientalista Marina Silva, llorando y visiblemente emocionada, según el diario Folha de Sao Paulo, que la entrevistó después de una jornada de campaña esta semana en Río de Janeiro.
Tras su repunte vertiginoso en las encuestas durante agosto, cuando asumió la candidatura del Partido Socialista Brasileño (PSB) en el lugar del fallecido Eduardo Campos, Silva pasó a ser blanco de las críticas del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), a través de Lula y Rousseff.
Las críticas se han centrado en su supuesta intención de no darle prioridad a la explotación del presal, un gigantesco horizonte de reservas de hidrocarburos en aguas muy profundas del Atlántico.
La ex ministra de Medio Ambiente se defendió y dijo que la explotación del presal puede "convivir" en su eventual Gobierno con otras fuentes de energías "limpias", como los biocombustibles y la generación de energía solar.
Otras de las críticas se han concentrado en el hecho de que Silva cuenta en su equipo de campaña con representantes del sector bancario, entre ellos Neca Setúbal, educadora y heredera del privado Banco Itaú.
"El Banco Central no es electo por 'tecnocratas' y banqueros. No pueden decir que hice una 'beca de banqueros'; además no soy yo la que tengo el apoyo de ellos", comentó esta semana Rousseff a periodistas.
Al respecto, Silva respondió que Setúbal ayudó al gobernante PT a la construcción del programa educativo presentado para la ciudad de Sao Paulo por Fernando Haddad en las elecciones municipales de 2012.
Otra de las críticas del PT al Programa de Gobierno presentado por Silva es sobre la defensa a la "autonomía" del Banco Central expuesto por la candidata, aunque en la campaña de 2010, Rousseff llegó a respaldar una "autonomía operacional" de ese organismo.
"Quiero hacer cosas en favor de lo que allá atrás aprendí, incluso con Lula"
"Quiero hacer cosas en favor de lo que allá atrás aprendí, incluso con él (Lula), como es que uno no debe rendirse a la mentira, al prejuicio y que la esperanza irá a vencer el miedo. Continúo creyendo en esas cosas", afirmó Silva, quien evocó las acusaciones de las que fue víctima el propio ex presidente.
En 1989, citó, "sufrí mucho con las mentiras que Collor (Fernando Collor de Mello) decía en aquella época contra Lula", como el hecho de "repartir" los bienes de los ciudadanos arbitrariamente.
Lo dicho por Collor de Mello, quien venció las elecciones de ese año, "me daba un sufrimiento tan profundo y hacíamos de todo para explicar que eso no era así. Ahora me veo haciendo la misma cosa".
"Pero no tengo rabia de nadie, ni de Dilma. Voy a continuar luchando"
"Pero no tengo rabia de nadie, ni de Dilma. Voy a continuar luchando", concluyó Silva después de conceder la entrevista durante el trayecto desde una favela hasta un hotel de Copacabana, en Río de Janeiro.
Todos los sondeos publicados en los últimos días coinciden en que Rousseff y Silva serán las candidatas más votadas en la primera vuelta del 5 de octubre y las elecciones se decidirán en una segunda, el día 26, frente a la cual están técnicamente empatadas, con una intención de voto en torno al 43%.
La campaña de cara a la primera vuelta concluirá el 2 de octubre y las encuestas muestran un proceso totalmente abierto y polarizado entre los modelos que proponen ambas candidatas.