Uno de los paneles de economistas que fue centro de atención de la 35º Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas fue el reservado al debate: "Analizando el Futuro: Continuidad o Cambio".
Rogelio Frigerio, presidente del Banco Ciudad, mostró su preocupación por los indicadores de retracción económica de 2014 y aseguró que "el desempleo en la Argentina es de dos dígitos", por lo cual en una continuidad de la recesión el año próximo, con más pobreza y desocupación "no se sabe cómo va a ser la reacción social". No obstante, rescató que "si el gobierno arregla el tema de la deuda en enero, esto se va a facilitar, aunque tengo dudas de que pueda hacerlo".
Ante un recambio de gobierno en diciembre de 2015, el presidente del Banco Ciudad pronosticó que "lo que se viene es una recuperación gradual de todos los equilibrios macroeconómicos". Para ello, confió en que persisten "sectores muy dinámicos en nuestra economía para un despegue rápido, recuperando la confianza, como las economías regionales, la minería sustentable, el campo y la producción de alimentos".
Frigerio: "Con un nuevo Gobierno vendrán muchas inversiones que generarán empleos"
Frigerio vaticinó además la llegada "de muchas inversiones y generación de empleo" con un escenario político y económico mejor que, a su entender, requerirá ocupar "un millón de nuevos puestos". Descartó la necesidad de una devaluación profunda del peso, aun cuando "hay que recuperar todas las variables incluso la cambiaria".
Si sólo se apela a una devaluación del peso sin coordinación con otras variables, el salto cambiario "será recesivo e inflacionario", con efecto breve sobre la competitividad.
Tipo de cambio desdoblado
Mientras que Javier González Fraga opinó que "para llegar a 2015 el gobierno tiene que defender el nivel de reservas, porque entramos en meses muy delicados y confusos. Va a querer preservar el relato".
El ex presidente del Banco Central reconoció una "estrategia" oficial para mejorar el perfil financiero del país y acercarlo a los mercados internacionales, como los acuerdos con el Club de París, en el CIADI y la compensación pactada con Repsol por la estatización de YPF. Pero dicha estrategia se interrumpió "el 16 de junio", cuando la Corte Suprema de los EEUU dejó firme el fallo del juez Thomas Griesa en favor de los holdouts que litigaron contra la Argentina por sus títulos en default.
Como herencia para la próxima administración, describió un escenario "con inflación alta, economía estancada y oscilación cambiaria", a la vez que advirtió que el kirchnerismo "le va a querer dejar el atraso cambiario al próximo gobierno", además de "un gasto público insoportable, por su peso y por su ineficiencia". Como aspecto positivo, destacó "el bajísimo nivel de endeudamiento privado y público y un sistema financiero sólido", muy diferente al que había durante la crisis de 2001-2002.
González Fraga también prevé "la llegada de inversiones en 2015, esperando el cambio a partir de 2016. Lo bueno para el gobierno es que el que lo sucederá va a ser más razonable, y por eso no se caen los precios de los bonos en Nueva York".
González Fraga: "El próximo Gobierno será más razonable, por eso no caen los bonos"
Sobre los eventuales sucesores del Frente para la Victoria en el poder, puntualizó que "hay más diferencias entre los candidatos que entre sus equipos económicos". Describió tres áreas en las que se deberá ser "gradualista": la del gasto público, la cambiaria y la de la inflación.
González Fraga asegura que un recorte riguroso del gasto público traerá graves consecuencias para la población económicamente más vulnerable, mientras que "cualquier devaluación en este contexto de 40% anual de inflación es colapso social, aunque sea antipático decirlo".
El economista apeló a imitar a Chile y utilizar como "herramienta un sector financiero fuerte y el mercado de capitales" para canalizar las inversiones, que definió como "un aluvión de dólares", dadas las potencialidades que presenta el país para las compañías y fondos del exterior.
González Fraga evaluó una salida para el atraso cambiario a través de un desdoblamiento del tipo de cambio, con un dólar comercial (para el ingreso y egreso de capitales del exterior), uno para turismo y otro financiero, fijado por el "contado con liquidación" para los ahorristas. Por esta vía se podría evitar una fuerte devaluación del peso, que sería, a su entender, "comprar un problema social".