Las decapitación de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, la captura de un voluntario humanitario inglés, los desfiles de soldados iraquíes desnudos camino a la muerte, los burdeles para explotar sexualmente a las mujeres yazidíes... toda la lista de brutalidades está digitada en el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). No se trata de barbarie descontrolada... es barbarie organizada.
Según explican especialistas en la yihad islámica, como el experto en seguridad Hisham al-Hashimi, el Estado Islámico está encolumnado detrás de un hombre. El califa, Abu Bakr al-Baghdadi, que gobierna el ISIS. Se trata de una administración burocrática casi tradicional. Este hombre tiene dos lugartenientes, que mandan en Irak y Siria. Al-Imara ("El Emirato") es el gobierno de un califa y sus dos hombres de confianza en un territorio de 56.000 kilómetros cuadrados ubicado entre esos dos países.
Los lugartenientes tienen un pasado en común, fueron ex generales de Saddam Hussein en Irak.
Abu Muslim al Turkmani gobierna la zona del ISIS en Irak y tiene 7 "gobernadores" a su cargo. Abu Ali al-Anbari maneja Siria y tiene 5 "gobernadores" bajo sus órdenes.
Este triunvirato decide el destino de 8 millones de sirios e iraquíes que viven bajo sus reglas medievales. Pero tienen asesores: 9 consejos que funcionan como departamentos o ministerios. El consejo de liderazgo, el de la Shura (compuesto por nueve especialistas en la Ley Islámica), el militar, el legal (disputas familiares e infracciones religiosas), el de seguridad, el de inteligencia, el financiero, el de asistencia a los yihadistas y el de medios.
Las similitudes con Al Qaeda
La idea de "un gobierno" no es nueva. La organización vertical del Estado Islámico es curiosamente similar al esquema del Al Qaeda que comandó Bin Laden hasta los atentados del 11 de septiembre de 2001. La fecha es un quiebre, ya que la estructura mutó considerablemente cuando Estados Unidos empezó a perseguirlos activamente.
La organización que se le conocía a Al Qaeda hasta el 11-S se erigía detrás de Bin Laden, que no se hacía llamar "el Califa" –como Abu Bakr al-Baghdadi– pero sí "el Emir".
Como Al Qaeda no tenía un territorio propio, sino que operaba dentro de Estados "tolerantes", no necesitaba lugartenientes como los ex generales de Saddam Hussein que le sirven al Califa del ISIS, pero sí tenía asesores. Había un consejo consultivo que le reportaba directamente.
Y había 6 comités con actividades bien específicas (como los consejos que tiene hoy el ISIS): el que planeaba atentados, el militar, el jurídico (encargado de preparar los edictos religiosos –fatuas– que Bin Laden usaba para lanzar la yihad mundial), el de finanzas, la cancillería (que contactaba con las células activas y durmientes) y el de información.
Este último cambió la manera de perpetrar actos terroristas. Es que Bin Laden identificó la veta mediática como la nueva manera de expandir el terror. Con una productora audiovisual, logró reclutar entre 50 y 70 mil yihadistas de 70 países, que pasaron por sus campos de entrenamiento.
Como en esa Al Qaeda originaria, la idea de lo mediático como herramienta para multiplicar el terror es una de las claves del funcionamiento del ISIS.
Este gobierno del ISIS ya tiene consecuencias tangibles: la teoría de la evolución de Charles Darwin desapareció de las escuelas que controlan, como también se vetaron todas las manifestaciones artísticas. La segregación por sexo es un hecho, las mujeres son castigadas con latigazos si desobedecen las reglas del Califa y son sometidas sexualmente a modo de escarmiento si profesan otra fe. Todos los viernes hacen ejecuciones públicas de hombres y adolescentes acusados de traidores y someten a sus prisioneros a toda clase de torturas.
Este listado es apenas la nómina conocida, el temor a lo desconocido trasforma al ISIS en la mayor amenaza actual.