La educación en la Argentina se encuentra en una "encrucijada", tal como señala a Infobae el experto en innovación y gestión educativa Juan María Segura, con altos niveles de deserción, sin poder cumplir con los 180 días de clases y con algunas cifras que preocupan: "El 50 por ciento de los chicos mayores de 15 años no entiende lo que lee", según los resultados PISA 2012.
En ese aspecto, una de las problemáticas que señala el especialista tiene que ver con la herencia del sistema educativo que lo pone en una situación de complejidad: "Está dividido en 24 jurisdicciones que administran, más el Gobierno Nacional, que tiene injerencia sobre los núcleos de aprendizajes prioritarios y cada jurisdicción a su vez, a partir de la década del 90, gestiona sus propias escuelas y todos ellos como decíamos están generando niveles de aprendizaje insuficientes".
"Veámoslo con un ejemplo. Me corro de lo que es educación veamos en términos de salud. ¿Qué pasa si viene una epidemia? La gente se muere. El resultado es inmediato y es tangible. ¿Si no hay seguridad? Hay más robos y también más violencia en la calle. Con la educación no pasa eso. ¿Si hay peor educación cuál es la evidencia inmediata? Ninguna. ¿Y en cinco años? Ninguna. Justamente es por ese aspecto que la educación no está en la agenda de los políticos como remarca Segura: " ¿Cómo hacés para darte cuenta que un chico sometido a este sistema no ha tenido un buen nivel de aprendizaje? Tenés que esperar que pase todo ese período. Y en el interín, cambiaron los ministros, cambiaron los gobiernos, los presidentes. Los ciclos de logros y de verificaciones de aprendizaje se dan en períodos que exceden por largo a los tiempos políticos, por eso en general este tema está fuera de la agenda".
-¿Qué debería pasar para que esto cambie?
-Si la sociedad no hace una gran presión para que ocurran cambios, no van a ocurrir solos. Y eso se hace cambiando la cultura con la cual cada uno trabaja en su comunidad. Con su hijo en su casa y alrededor de los colegios en dónde los padres deben verificar si el chico aprende, disfruta y se entusiasma con la experiencia de ir a la escuela. Una actitud muy fácil es que los adultos se desliguen de las responsabilidades porque les corresponde la política. Pero no es un tema de leyes, es un tema de práctica cotidiana. Es cierto que ocurre adentro de una escuela o de una universidad pero se da muchísimo en el hogar, se forma una conducta alrededor de valores, prácticas, de virtudes, de celebraciones y de disgustos. Eso que se forma en el hogar, debería presionar sobre lo que ocurre adentro de un aula porque no podemos pensar que es lo mismo ser abanderado que no serlo, o no llevarse ninguna materia o llevarse diez. No es lo mismo. Son eventos que tienen que significar desde el punto de vista de adentro de la cultura cosas totalmente distintas y ese significado se da en el hogar. Sino ocurre, es poco lo que pueda hacer un director de una escuela o un docente.
-¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en la educación?
-Hay una corriente que define el determinado nivel de aprendizaje que en algún punto es contradictorio con lo que las nuevas tecnologías hoy habilitan o permiten. Porque el chico hoy puede estar en su casa, teniendo una experiencia de aprendizaje no mediada mucho más intensa y significativa que aquello que le ocurre adentro de una clase de historia. Por ejemplo un chico puede interesarse a partir de un juego electrónico y eso que lo derive a lecturas y eso que lo derive a aprendizajes y a procesos de búsqueda personal que le permitan a su propio ritmo y siguiendo una vocación de interés propio aprender mucho más de lo que puede aprender en un año de historia.
El Aprendizaje basado en proyectos
"Estuve visitando en 2010 una escuela en Estados Unidos, toda construida bajo un abordaje pedagógico que se llama 'Aprendizaje basado en proyectos' y asistí a una clase de historia del siglo XX. El primer día de clase el profesor les dijo a los alumnos que elijan un tema en el que quieran trabajar, uno solo, y que se agrúpen en equipos. Esa iba a ser su clase de historia del año. Y el profesor los asistía a los chicos a entender en profundidad ese fenómeno, en validar las fuentes, en generar una hipótesis, una mirada de lo que pasaba en ese momento y finalmente aprobaban la materia presentándole a la sociedad y a la comunidad lo que ellos habían podido llegar a analizar sobre ese fenómeno".
-¿Pero eso basta para saber Historia del siglo XX?
-No, aprueba Historia del siglo XX porque el chico está en capacidad de entender en profundidad cualquier evento del siglo XX si así lo quisiese. Entonces ese es un abordaje que es totalmente distinto porque cuando uno termina el colegio puede decir: 'Pero ¿qué sabe de Historia del siglo XX?'. Aquello por lo que el chico se interese va a saberlo porque tiene las habilidades y la capacidad de validar una fuente de información, de buscar, de cotejar autores, de discutir, de generar una hipótesis y finalmente de generar una síntesis de lo que tuvo capacidad de responder.
-¿Podría implementarse algo así en nuestro sistema educativo?
-No se implementa aún porque hay innovaciones en teorías de aprendizaje de los últimos diez años que no estaban antes, hay muchas evidencias que dicen que los fenómenos químicos en el cerebro del aprendizaje se activan al mismo tiempo que se activan elementos de la emoción, entonces se empieza a establecer un vínculo entre la vivencias emocionales que el chico atraviesa durante el momento de aprendizaje como la manera de diseñar, no sólo ambientes enriquecidos de aprendizaje sino currículas o temáticas. Se están intentado dejar de lado elementos que operaban negativamente sobre la idea de que el chico tiene que aprender sí o sí, sino recibía un castigo o una mala mirada. Esto no significa que el chico no tenga que tener sanciones o malas notas
Para finalizar, el especialista y autor del libro "Yo que sé" busca abrir el debate en las casas y reicorporar a los padres en esta discusión que aún sigue abierta.