Luego de 22 años en prisión, Popeye, el jefe de sicarios del extinto narcotraficante Pablo Escobar, confeso autor material de 300 asesinatos y coordinador de otros 3.000, salió en la noche de este martes de la cárcel de alta seguridad colombiana de Cómbita (Boyacá, centro), según aseguraron medios locales.
John Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, abandonó la prisión escoltado por una comitiva de varios vehículos sin que su imagen pudiera ser captada directamente por las cámaras, pero los medios locales que mostraron imágenes de la caravana aseguraron que el jefe de sicarios de Escobar iba a bordo de uno de los autos.
Velásquez, de 52 años y quien obtuvo rebajas por estudio y trabajo en la prisión, fue el jefe de pistoleros del máximo líder del Cártel del Medellín durante la sangrienta guerra que libró esa organización criminal contra el Estado colombiano en la década de 1980 y comienzos de los años 90 para impedir la extradición.
El Cártel de Medellín fue responsable del envío de miles de kilos de cocaína a los mercados de Estados Unidos y Europa.
El antiguo asesino a sueldo de quien fue en su momento el narcotraficante más buscado del mundo, admitió su participación en unos 300 crímenes, incluidos políticos, periodistas, policías y otros enemigos de su ex jefe, muerto en un operativo de la policía en la ciudad de Medellín, en diciembre de 1993.
Velásquez, quien se entregó voluntariamente a la justicia en 1992, participó en secuestros como el del ex presidente Andrés Pastrana cuando era candidato a la alcaldía de Bogotá y del periodista Francisco Santos, quien años después se convirtió en vicepresidente durante el gobierno de Álvaro Uribe.
También participó en el magnicidio del candidato presidencial Luis Carlos Galán y fue implicado en el atentado de un avión que explotó en el aíre con un saldo de 107 personas muertas en noviembre de 1989.
Pero quizás el más impactante de sus delitos fue el asesinato de su propia novia, una ex amante de Escobar y que fue obligada a abortar por el jefe del Cártel de Medellín de quien había quedado embarazada.
Velásquez calificó ese crimen como uno de los episodios más dolorosos de su vida. Las familias de algunas de las víctimas de los crímenes de "Popeye" aseguran que los 22 años de cárcel no son suficientes aún para pagar por el daño causado.
Desde la cárcel Velásquez presentó pruebas que ayudaron a esclarecer algunos asesinatos y a encarcelar responsables como un ex senador implicado en el asesinato de Galán.
El juez Primero de Ejecución de Penas de Tunja, Yesid Rodríguez, ordenó la libertad condicional de Velásquez el viernes, tras lo cual la Fiscalía efectuó una búsqueda en todos los juzgados de Colombia para determinar si había algún proceso pendiente que le impidiera recuperar su libertad, lo cual fue descartado.
Según el expediente judicial al que tuvo acceso la agencia de noticias AFP, Velásquez, de 52 años, obtuvo "la libertad condicional por un período de prueba de 52 meses y 22,7 días".
El sicario, que ha relatado una y mil veces a los medios crímenes escalofriantes, estaba privado de libertad desde el 8 de octubre de 1992.
"En Colombia la gente nunca paga la pena completa. Si el preso trabaja o estudia por cada día que pase preso se le descuenta uno", dijo a AFP el abogado penalista de la Universidad Javeriana, Fabio Humar. Además, Velásquez colaboró con la justicia para esclarecer otros crímenes.
"Ha aportado a la verdad en estos años", dijo el senador Carlos Galán, uno de los hijos del político asesinado, aludiendo a su colaboración para condenar al ex senador liberal y ex ministro Alberto Santofimio por la muerte de su padre.
Alias Popeye solicitó más temprano este martes "de puño y letra" a la Defensoría del Pueblo garantizar su vida. "Por favor me brinde la policía seguridad desde la puerta del penal", escribió en una carta.
Andrés Villamizar, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), negó no obstante que este cuerpo, que protege a ex presidentes y otras personas cuyas vidas corren riesgo por sus funciones, le vaya asignar posteriormente guardaespaldas a Velásquez.
Sin embargo, Villamizar, sobrino de Galán e hijo de Maruja Pachón, secuestrada por Velásquez, escribió en Twitter: "Mi familia y yo somos víctimas directas de alias Popeye. Pero si alguien en Colombia ha pagado, es él".