"Feliz la nación cuyo Dios es el Señor", proclamó la presidenta brasileña y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, desde un púlpito ante cerca de 7.000 fieles, mayoritariamente mujeres, que colmaban el viernes por la noche un templo neopentecostal de un populoso barrio de Sao Paulo, el mayor colegio electoral del país.
La mandataria brasileña, favorita a la reelección con el 38% de las intenciones de votos, incluyendo los nulos y blancos, aunque no esconde su condición de católica, esto no le impide disputar a los electores de la creciente colectividad protestante, que representa casi 25% de la población brasileña, de 200 millones de personas.
"Todos los dirigentes de este país dependemos del voto del pueblo y de la gracia de Dios"
Si Dilma lograra persuadir al grueso del electorado neopentecostal habrá dado un paso firme hacia la reelección en primera vuelta del 5 de octubre, ya que el sondeo publicado el viernes pasado informa que tiene poco menos del 50% de los votos válidos.
Es que es necesario el 50% más uno de esos votos válidos, donde no se cuentan los nulos y en blanco, para lograr la reelección en el primer turno sin necesidad de disputar un ballotage el 26 de octubre, posiblemente ante el senador Aécio Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, que se ubica segundo con el 23% de las adhesiones.
El viernes por la noche Rousseff mencionó cinco veces a Dios sin olvidar que "en Brasil tenemos un estado laico" durante su intervención en un templo de la Asamblea de Dios, una de las más populosas iglesias evangélicas surgidas con fuerza desde finales de la década de 1980.
El Pastor Everaldo, perteneciente a la Asamblea de Dios, es el candidato a la presidencia por el Partido Social Cristiano y cuenta con el 3 % de las preferencias, conforme la encuesta divulgada el viernes por la consultora IBOPE.
Rousseff y los estrategas del Partido de los Trabajadores entienden que es posible vencer en primera vuelta si conquistaron un segmento de los electores que hoy se pronuncian por el Pastor Everaldo y una buena parte de los seguidores de la electrónica Iglesia Universal del Reio de Dios, con filiales en varios países latinoamericanos.
"Creo mucho en el poder de la oración", dijo Dilma, que en su despacho del Palacio del Planalto tiene una imagen de la Virgen de Aparecida, patrona de la Iglesia católica de Brasil.
"En la Biblia está escrito que la oración de una persona justa puede tener un gran efecto; todos los dirigentes de este país dependemos del voto del pueblo y de la gracia de Dios", continuó Rousseff.
"Creo mucho en el poder de la oración"
El mitin del viernes en el que Rousseff se dirigió a las mujeres de la Asamblea de Dios se celebró a pocos metros del monumental, hasta hollywoodiano, Templo de Salomón, de la Iglesia Universal del Reino de Dios, inaugurado el 31 de julio por el obispo y magnate televisivo Edir Macedo.
La obra, dicen los pastores de la Iglesia Universal, tiene más espacio que la Basílica de Aparecida ya que cuenta con capacidad para recibir 10.000 fieles y algunos detalles de lujo como 50 apartamentos para pastores y uno de grandes dimensiones para alojar al obispo Edir Macedo.
Macedo tiene su propia bancada de pastores-diputados en el Congreso nacional y su cadena de TV Record es la segunda de más audiencia del país, superada sólo por la Red Globo.
En su peregrinaje por los reductos evangelistas Rousseff participó la semana pasada en la inauguración del Templo de Salomón, en una ceremonia donde se combinaron la fe y el poder.
Ya que allí también estaba el
, jueces del Supremo Tribunal Federal y el gobernador de Sao Paulo,
, católico con vínculos con el
, que puja por llevar el pleito electoral a un ballotage el 26 de octubre.