El fallo se registra en la caja negra que graba las conversaciones entre los pilotos en el avión de Air Algérie. La banda magnetofónica pudo ser leída, pero la señal sonora extraída es "ininteligible" y por el momento no puede aprovecharse, según indicó en conferencia de prensa el director de la Oficina francesa de Investigación y Análisis (BEA), Rémy Jouty.
En el actual estado de las investigaciones del accidente, que tuvo lugar el pasado 24 de julio, se desconocen los motivos por los que falló esa grabación, pero los expertos consideran que hubo un problema en el sistema ajeno al choque sufrido contra el suelo.
La BEA ha recurrido a "los mejores especialistas" para intentar recopilar la información que contiene esa caja negra, pero aseguró no estar en condiciones de saber si el resultado será satisfactorio.
El trabajo está orientado ahora a la reconstrucción de la trayectoria del aparato, un MD-83 de la compañía española SwiftAir fletado por Air Algérie que se estrelló con 110 personas a bordo, la mayoría francesas, y seis miembros de la tripulación, todos ellos españoles.
El aparato despegó de Uagadugu, la capital de Burkina Faso, a la 01:15 (hora local) y a la 01:39, dos minutos después de alcanzar la velocidad de crucero, comenzó a disminuir su velocidad y altitud de forma progresiva hasta que se perdió el contacto con él, a la 01:47, cuando volaba a 740 kilómetros por hora.
En ese momento, se encontraba sólo a 490 metros de altura y se estrelló en "aproximadamente en un segundo", lo que explica, según los investigadores, que los restos hallados estén pulverizados y concentrados en una zona reducida de cerca de 9 hectáreas.
La tripulación, según lo establecido hasta ahora, había procedido a "cambios de ruta moderados" y típicos de una estrategia pensada para evitar la zona de tormenta, hasta que poco antes del impacto el avión giró bruscamente a la izquierda por motivos todavía desconocidos.
"No hay una hipótesis preferida. La condiciones meteorológicas pueden ser un elemento que contribuya a explicar lo que puede pasar en un vuelo que termina en accidente, pero nada permite decir que se deba sólo a eso", apuntó hoy el director de la BEA.
El organismo va a proseguir sus investigaciones comparando su trayectoria con el modelo de comportamiento del avión y hasta la fecha, aseguró, nada hace pensar que se desintegrara en pleno vuelo, lo que no excluye que hubiera podido haber daños entonces.
"Si se hubiera desintegrado, habría habido restos en más terreno", dijo Jouty, no sin dejar claro que también es prematuro "excluir la tesis de una acción deliberada".
Tres grupos de trabajo están al frente: uno encargado de reproducir el recorrido final, otro centrado en el desarrollo del vuelo y un tercero fijado en la recopilación de informaciones de control aéreo, datos meteorológicos y otros previos al despegue.