Samsung y Apple anunciaron hoy que pusieron fin a su prolongada guerra de patentes en todos los países excepto en los Estados Unidos, precisamente donde las disputas legales entre ambos gigantes de la electrónica alcanzan una mayor dimensión.
En su comunicado conjunto, las dos compañías anunciaron que "han acordado abandonar todos los pleitos fuera de los Estados Unidos".
Aclararon, sin embargo, que el acuerdo "no implica ningún pacto de licencias y ambas empresas seguirán adelante en los litigios en curso" en los tribunales norteamericanos.
Corea del Sur, Japón, Alemania, Italia, Holanda, Gran Bretaña, Francia y Australia son el resto de países en los que Apple y Samsung llevaron sus disputas por patentes a la Justicia.
Aunque las batallas más importantes continuarán en los tribunales norteamericanos, los expertos consideran el acuerdo de hoy como un reflejo de la voluntad de las dos compañías a la hora de poner fin a su prolongada guerra de patentes ante el incremento de la competitividad en el lucrativo mercado de los dispositivos inteligentes.
En pleno auge de las compañías chinas como Xiaomi, que están robando cuota a Samsung y Apple, los que aún son los dos líderes del mercado han sugerido recientemente su intención de dejar de encontrarse en los juzgados tras más de tres años de demandas cruzadas, sentencias y apelaciones.
De acuerdo con cifras de la firma de investigación de mercado IDC, Samsung vendió 74.3 millones de teléfonos inteligentes entre abril y junio, mientras que Apple despachó 35.1 millones de iPhone. La cuota de mercado de la surcoreana retrocedió 7 puntos porcentuales respecto del mismo periodo de 2013, mientras que el de la empresa de Cupertino se contrajo 1,1 por ciento.
Ambos retiraron en junio sus apelaciones en uno de los casos a la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos y en julio Apple dio marcha atrás a una de las disputas en California, lo que según analistas refleja el agotamiento de las dos partes en una contienda que por momentos luce interminable.
Samsung y Apple han apelado sin excepción todos los veredictos en contra, por lo que el proceso ha llegado a un punto en el que las dos firmas buscan demostrar los daños que los supuestos plagios de la competencia han causado sobre sus ventas y planes de expansión.
Todo comenzó en abril de 2011, un año marcado por el "boom" de los teléfonos inteligentes en todo el mundo con Apple y Samsung en plena lucha por el dominio del mercado.
Fue entonces cuando la firma norteamericana demandó a la surcoreana en un tribunal de California por copiar en sus "smartphones" y tabletas el diseño del iPhone y el iPad, a lo que Samsung respondió con otra demanda a Apple por violación de patentes de la tecnología 3G.
En los dos años siguientes se sucedieron las demandas cruzadas entre los dos titanes de la electrónica en todo el mundo, con victorias para Apple en la mayoría de los casos.
Fue especialmente dolorosa para Samsung la derrota el pasado diciembre en su propio feudo, Corea del Sur, donde un tribunal de Seúl dictaminó que Apple no había violado tres de patentes de sus dispositivos inteligentes, entre ellas una relacionada con la mensajería de texto.
En todo caso, en los Estados Unidos la guerra de patentes no parece vislumbrar su fin, especialmente después de que en mayo la corte federal de San José (California) condenara a Samsung a indemnizar a Apple con u$s119,6 millones por copiar en sus "smartphones" dos características del iPhone.
La decisión del tribunal norteamericano le siguió a una de agosto de 2012, en la que la jueza Lucy Koh determinó que el fabricante del Galaxy S5 debía pagarle a Apple u$s1.050 millones por violar patentes de su propiedad. La magistrada luego redujo el monto de la compensación.
Por el momento, la compañía surcoreana adeuda más de 1.000 millones de dólares a la firma de la manzanita como suma de todas sus derrotas en los tribunales de los Estados Unidos, aunque ha dejado claro que apelará las sentencias hasta agotar los procesos.