Tras casi cinco horas de deliberaciones, la reunión entre el ministro de Economía, Axel Kicillof, el mediador Daniel Pollack y por primera vez los representantes de los holdouts finalizó minutos después de la medianoche, hora argentina, sin llegar todavía a un acuerdo.
El Gobierno tiene plazo hasta hoy a última hora para llegar a un acuerdo con los acreedores de títulos en default, a los que califica de "fondos buitres", y que obtuvieron una sentencia favorable del juez federal norteamericano para cobrar 1.330 millones de dólares por los bonos impagos de 2001.
Las negociaciones son llevadas adelante por el mediador Daniel Pollack, nombrado por Griesa para hallar una vía de cumplimiento a su fallo, que obliga a Buenos Aires a pagar a los holdouts al mismo tiempo que lo hace a los tenedores que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, cuyo vencimiento del bono Discount fue el 30 de junio último, pero se dispuso de un plazo de 30 días de gracia para poder honrar ese pago, que vence al filo de este miércoles.
Ocurre que ese pago, que fue efectuado con un giro de u$s 539 millones al Bank of New York (BONY), fue congelado por el juez Griesa (los fondos permanecen en la cuenta que el BONY tiene en Buenos Aires dentro del BCRA) para proteger a los acreedores que no se acogieron al canje, pero puso al país ante un potencial cese de pagos que podría ser declarado hoy a la noche si el dinero no llega a los bonistas.
Argentina busca así llegar a un acuerdo con los holdouts para que Griesa desbloquee el pago a los tenedores de deuda reestructurada sin que se corra el riesgo de que sean embargados por los "fondos buitres".
Es por ello que Kicillof y los abogados que representan a la Argentina le reclaman al juez neoyorquino que reponga el stay (amparo) por 90 días a fin de poder cumplir con esos pagos y, a la vez, evitar que se dispare la cláusula RUFO, que gatillaría una catarata de juicios millonarios contra el país por parte del 93% de los tenedores que aceptaron los dos canjes de deuda y reclamarían que se les pague en las mismas condiciones que a los holdouts, de acuerdo al fallo establecido por Griesa, porque la cláusula -que vence el 31 de diciembre- obliga a equiparar toda oferta mejor que se realice antes de fin de año.
Ayer, en una jornada cargada de novedades, se conoció una propuesta que realizó el sector de la deuda reestructurada. En la cuenta regresiva, un grupo de tenedores de bonos que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010 emitidos en euros pidieron a Griesa que instrumente un "stay temporario" hasta el 1 de enero de 2015, o al menos por 90 días, con el objetivo de permitir a la Argentina alcanzar una solución en el tema de los fondos buitres.
"Esta Corte puede facilitar una solución -y evitar un default potencial- mediante la emisión de un stay temporario", señaló el grupo de bonistas Euro Bondholders en el documento entregado a Griesa.
Asimismo, aseguraron al magistrado que ordenar una medida cautelar, "no perjudicará a los demandantes, o a cualquier otra persona, porque mantendrá el 'status quo' mientras que las partes tratan con la cláusula RUFO, incrementando las posibilidades de una resolución negociada en el futuro cercano".
A cambio del depósito de los bancos argentinos, los holdouts estarían dispuestos a solicitar al juez Griesa la reposición del "stay", es decir, una medida cautelar para que la Argentina pueda cumplir con el pago de intereses de los bonos Discount en dólares bajo legislación norteamericana por u$s539 millones, bloqueado desde el 30 de junio por disposición judicial, y cuyo período de gracia concluye este 30 de julio. De no girarse los fondos en las próximas horas, la Argentina entraría en un nuevo default.