El juez Thomas Griesa ordenó ayer que Argentina y los fondos de cobertura que buscan ser compensados por la cesación de pagos del 2002 se reúnan "continuamente hasta que un acuerdo sea alcanzado" con el mediador Daniel Pollack.
Griesa rechazó de este modo el establecimiento de una medida cautelar que posibilite el cobro a los bonistas que sí aceptaron la reestructuración, por cuanto quedó latente el riesgo de default el próximo 30 de julio.
Luis Palma Cané, de la consultora Fimades, dijo a InfobaeTV que "de acá al 30 de julio vamos a ver cómo evoluciona este proceso que es lamentable, porque genera incertidumbre. La incertidumbre es la principal enemiga de la economía real y de los mercados financieros".
Palma Cané estimó que un default perjudicará aún más "la situación macroeconómica mala, que es claramente de inflación y recesión crecientes, causada por la madre de todos los problemas que es un gasto público en exceso, que nos lleva a un déficit fiscal financiado con emisión y a partir de ahí se han generado todos los problemas".
"Si caemos en default, la situación va a empeorar más por razones que son obvias. Cada vez van a entrar menos dólares aquí, con la falta que hacen y va a seguir demostrando que la seguridad jurídica acá es prácticamente inexistente, con lo cual cada vez vamos a estar más aislados del mundo, vamos a poder importar menos insumos, esto va a repercutir en la producción y en el nivel del Producto Bruto y todo el círculo vicioso que conocemos cuando empieza a caer la oferta como consecuencia de la falta de insumos", detalló el economista de Fimades.
José Luis Espert, director de Espert Consultoría Macroeconómica, indicó que "acá, Argentina va a tener una crisis si entramos en default por no destinar el 1% de la recaudación de impuestos, que la clase política la usa para cualquier pavada, para evitar que la gente de a pie sufra más recesión, más inflación y un dólar loco".
"La Argentina, afortunadamente, presentó un pedido de no innovar ayer como debe presentarse técnicamente. Pero el problema es de fondo: las cautelares de Griesa buscaban la protección de los que terminaron ganando este juicio frente a los incumplimientos de la Argentina. No le va a dar el 'no innovar' a la Argentina para que les pague a los que aceptaron los canjes, pancho por su casa, y no pagarles a los que ganaron los juicios y no aceptaron los canjes", apuntó el economista.
"La figura que puede tomar el default no la tengo clara, pero la Argentina ha dicho que nunca les va a pagar a los holdouts y que éstos eran los que no querían negociar. Ahora Griesa le dice: 'Tomá, vos decís que no quieren negociar, ahora vení y de acá al 30 de julio negociá'. Argentina ha sido bastante equívoca con los mensajes que ha dado", acotó Espert.
Blejer: "El default afectaría el acceso al crédito y las inversiones externas"
Ayer a la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, justificó el pedido de una cautelar (stay) al juez Griesa, para que no se aplique la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers o derechos sobre futuras ofertas) "en términos de acreedor más favorecido", ya que si ocurriere la responsabilidad podría alcanzar "desde la Presidente de la Nación hasta cada uno de sus ministros".
Además, reiteró que, si se gatillara la cláusula, la Argentina tendría que pagar entre 120 mil y 500 mil millones de dólares para mejorar lo que se les paga a los bonistas que entraron en el canje, si hubiere una oferta mejor a otros tenedores.
"En los hechos, la bronca de Argentina es que no les aceptaron los holdouts los canjes de deuda. La posibilidad de que se dispare la cláusula RUFO es muy baja", subrayó José Luis Espert. "Argentina puede pagar, porque tiene el cash. La probabilidad de pagar cash y que se dispare la RUFO es cero. A mí siempre me sonó a excusa usar esa coartada, que para mí es imponerles absurdamente el canje de deuda a los que no aceptaron", refirió.
"No hay que negociar nada. Argentina apostó todas las fichas a ganar un juicio y lo perdió. Cuando perdés un juicio comercial, tenés que pagar. Argentina está dispuesta a quemar todas las naves y no pagar. Y así va a generar una crisis", cuestionó Espert.
Miguel Ángel Boggiano, analista de Carta Financiera, indicó a InfobaeTV que "la Argentina va a atravesar una situación tortuosa" en caso de recaer en una nueva cesación de pagos. No obstante, el experto indicó que el escenario será diferente al de 2002, puesto que se tratará de "un default provisorio de cinco meses", hasta que en diciembre próximo expire la cláusula RUFO. "Evidentemente, un default técnico va a afectar el valor del dólar y las tasas de interés", anticipó, aunque aclaró "que es un default bastante parcial, porque es sólo en la plaza de Nueva York. El resto va a seguir su camino".
El economista Nicolás Cachanosky, del blog Punto de Vista Económico, explicó que "es un error que se siga hablando de default técnico. Argentina puede entrar en default, no en default técnico", pues "en un default técnico no se incumplen las obligaciones de pago. Lo que se incumple es una condición técnica del contrato de deuda".
"Un ejemplo es no cumplir un ratio de liquidez. Si Argentina no paga, es default, no default técnico, en que los pagos siguen normalmente. Pagar parte de la deuda no es pagar toda la deuda. Pagar parte de la deuda es default, no default técnico", subrayó Cachanosky.
Germán Fermo, doctor en Economía y director de MacroFinance y de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, explicó a InfobaeTV que "hay una zona muy gris. Mientras más se acerque el pago de Argentina directamente al fallo de Griesa, muy probablemente eso debiera leerse como la no aplicación de las RUFO", puesto que se trataría de un acatamiento no voluntario, si no forzado por una sentencia. "La única forma de no tener dudas en este sentido es pagar en enero de 2015", añadió.
"La primera consecuencia que va a tener un default para la Argentina es que va a subir el Riesgo País. Los bonos van a cotizar con tasas internas de retorno mucho más altas que las actuales. Eso va a implicar un encarecimiento de la tasa de endeudamiento para el sector privado, en un país que tiene poca generación de dólares. Complicaría la coyuntura actual", evaluó Fermo.
El consultor y analista Andrés Cardenal lamentó que "el tiempo fue pasando y ahora nos encontramos con ocho días para encontrar una solución, negociando a contrarreloj y sin stay". Agregó, en diálogo con InfobaeTV, que "si uno hace un supuesto razonable, lo que más le conviene a la Argentina, más allá de consideraciones ideológicas, es encontrar un camino para poder cumplir con la sentencia y pagar sin disparar las cláusulas RUFO. Para esto, hay especialistas que se dedican a analizar las cláusulas y hay un montón de mecanismos que se podrían discutir".
"Habría más presión sobre el mercado de divisas, tanto en el oficial como en el paralelo, más presión inflacionaria, problemas judiciales probablemente en términos de exportaciones y complicaciones con todo lo que tiene que ver con la explotación de Vaca Muerta. Sería un paso atrás en un contexto que ya viene complicado en la actividad económica real", anticipó Cardenal.
Para el ex presidente del Banco Central Mario Blejer, "volver a caer en un default tiene una serie de consecuencias. La Argentina no podría volver al mercado de capitales para conseguir crédito a una tasa razonable. Y se vería afectada la reputación del país, al momento de buscar créditos e inversiones externas".
Espert: "La probabilidad de pagar cash y que se dispare la cláusul RUFO es cero"
En declaraciones radiales, Blejer consideró que la denominada "cláusula RUFO pone al país en una situación casi imposible, aunque hay fórmulas para evitarla". En este aspecto, instó a "hacer ingeniería financiera para evitar esta cláusula porque sólo tiene efecto hasta diciembre. Por lo tanto, si se llega a un acuerdo (con los holdouts) para implementar los pagos recién en enero del 2015, esa cláusula ya no tendrá validez".
Pero aclaró que "de todos modos, eso genera un riesgo, porque el juez (Thomas Griesa) puede considerar que como el acuerdo tiene lugar ahora, la cláusula sigue teniendo validez".
El ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen, quien coordinó el primer canje de deuda en 2005 junto al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, dijo que "si la Argentina decide incurrir en default agregará dos puntos de caída al PBI, que hoy se proyecta entre 1,5 y 2 por ciento. Y cuando el PBI cae entre 3,5 y 4% se aproxima al umbral que genera tensiones sociales. Eso implica despidos generalizados y tensiones en la calle. Por eso es inadmisible pagar una factura muy alta, cuando una solución es posible con cuidado y profesionalismo".