La presidente Cristina Kirchner recibió a su homólogo chino, Xi Jinping, en la Casa de Gobierno en una visita que representó el "relanzamiento" de la "asociación estratégica integral" entre ambos países. Según dijo, el acuerdo 2014-2018 alcanzado es una "política de Estado" de la Argentina.
Los mandatarios firmaron una serie de convenios, entre los que destaca el suscrito entre los bancos centrales de cada nación, que contempla un "swap" de pesos y yuanes por un monto equivalente a 11 mil millones de dólares, por 3 años de plazo, con el objetivo de mejorar las condiciones financieras para promover el desarrollo económico y el comercio entre ambos países.
En su discurso, la jefa de Estado subrayó lo que definió como "milagro chino" en relación al desarrollo que registró en las últimas décadas. Consideró que con "perseverancia, planificación, presencia del Estado y preeminencia de la política por sobre todas las otras variables", China se convirtió en la máxima potencia asiática. Y estimó que así como ya es el mayor exportador del planeta, llegará a ser la primera economía.
"La nueva situación internacional ha generado una multipolaridad creciente, la presencia de nuevos actores está ayudando a reacomodar las cosas", dijo al analizar el panorama global imperante. "Sabemos que el mundo donde unos dominen a otros no va a ser posible", añadió.
Cristina Kirchner agradeció el financiamiento que aportará ese país para las obras del ferrocarril Belgrano Cargas - "un instrumento fundamental para agregar competitividad a las economías regionales"- y para la construcción de las represas "Néstor Kirchner" y "Jorge Cepernic" ubicadas en la provincia de Santa Cruz.
Destacó, además, los frutos que darán los convenios para el envío de peras, manzanas y carnes argentinas al gigante asiático.
En su discurso, la mandataria destacó las "posturas similares" que han tenidos en los últimos años los gobiernos en temas como la crisis en Siria y el reciente conflicto en Ucrania. "Ambos países tenemos una visión acerca de que cada país debe definir su modelo de desarrollo", agregó.
Aprovechó también para evocar una vez más el conflicto que mantiene el Gobierno con los holdouts. Al respecto, dijo que esos fondos "hacen oscilar las monedas y tornan el mundo en muy inestable y poco propicio para el desarrollo del comercio y la prosperidad de los pueblos".
A su turno, Xi Jingpin dijo que el objetivo de su visita era "ampliar la amistad y la relación" bilateral y remarcó los consensos y acuerdos alcanzados en los últimos 10 años. "Vamos a seguir otorgando mutuamente apoyo firme sobre los temas de mayor preocupación", dijo. Y acotó que "China acompaña a la Argentina en su preocupación por la restructuración de la deuda".
Cena en honor a Xi Jingpin
La última actividad de la jornada fue una cena en honor a Xi Jingpin llevada a cabo en el Museo del Bicentenario. Allí, los mandatarios brindaron breves discursos. El presidente chino nombró al general San Martín y a Juan Domingo Perón, a lo que Cristina Kirchner retribuyó ponderando a Mao Tse-tung.
"Frente a un mundo bipolar, el presidente Perón, desde un lugar recóndito y casi en las antípodas del planeta, al igual que otro presidente, Mao, planteaba una tercera posición. No era ni más ni menos que el derecho de cada pueblo a establecer sus propias formas de gobierno", sostuvo la mandataria al respecto.
De la cena participaron miembros del gabinete, políticos, empresarios y una numerosa delegación que acompañó al jefe de Estado chino. El plato principal fue Gigot de cordero patagónico, acompañado de una ensalada de verduras de invierno. Como postre, se sirvió siesta de peras en pistacho.