El procesamiento de Amado Boudou amenaza con paralizar la ya cansada agenda parlamentaria que propuso el oficialismo para este período del año. El Frente para la Victoria se enfrenta a la encrucijada de sesionar para avanzar en temas que requiere la Casa Rosada a riesgo de que la oposición aproveche el espacio para convertir los recintos en caja de resonancia de sus planteos de juicio político contra el vicepresidente.
El kirchnerismo no se equivoca con el diagnóstico. Con tiempo para desgranar los detalles del fallo del juez Ariel Lijo durante el fin de semana, varios dirigentes ya están en pie de guerra, deseosos de que el revés judicial reavive los proyectos que hay contra el vicepresidente.
Las declaraciones de las últimas horas anticipaban la ofensiva. Pero la primera prueba concreta llegó por el PRO. Patricia Bullrich y otros diputados de ese espacio pidieron en una carta al titular de la cámara, Julián Domínguez, que se amplíen las causas por la cuales se pidió el juicio político y exigió el tratamiento urgente de dicho escrito.
"¿Qué otra información, dato, o acción espera el oficialismo parlamentario para permitir el tratamiento de este expediente? Demás está decir que el juicio político garantiza el debido proceso y la defensa de quien está acusado. No debería temer el tratamiento quien no tiene nada que esconder", dijo Bullrich.
El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, instruyó al jefe de su bloque, Darío Giustozzi, que buscaran "un acuerdo de todos los sectores políticos para avanzar" en el juicio político. "Es importante avanzar con el juicio político, y sobre todo con una agenda concreta de transparencia para la Argentina y para su futuro", dijo.
En una carta, Giustozzi llamó a los presidentes de las otras bancadas opositoras para "iniciar un diálogo institucional para la búsqueda conjunta de acuerdos y consensos con relación a la situación procesal del vicepresidente". En tanto, su par Mario das Neves haría similares gestiones en el Senado.
Las negociaciones dieron sus frutos. A media tarde, los presidentes de los bloques no kirchneristas se alinearon en un proyecto de resolución del radical Mario Negri para instar a la comisión de Juicio Político a reunirse el 8 a las 16:30 con el objetivo de tratar los seis proyectos que hay al respecto.
Consciente de la avanzada, el oficialismo había dejado trascender hoy que la sesión prevista para el miércoles seguía en pie en la medida en que la oposición no busque llevar temas que lo incomoden. Entre ellos figuran, claro, los pedidos contra Boudou, pero también la actualización del impuesto a las Ganancias y los que pretenden derogar el memorándum con Irán.
Las bancadas antikirchneristas podrían acceder al pedido. Lo que no harán es dejar pasar la oportunidad para hacerse oír. "Vamos a provocar la situación, ellos no lo van a querer tratar", dijo a Infobae Negri al referirse al tratamiento del proyecto de resolución que presentó hoy.
"Independientemente de la tramitación judicial, de la resolución del juez se desprende que hay méritos suficientes para analizar las responsabilidades políticas e institucionales de Boudou. Lo que pedimos es que el plenario de la Cámara disponga que la comisión de Juicio Político se aboque de forma inmediata a considerar los pedidos", detalló.
En el Senado la situación es distinta. La cámara acusadora es Diputados, por lo que los senadores opositores no pueden sino esperar que sus pares actúen. En cambio, cuentan con la posibilidad directa de tener frente a frente al vicepresidente, quien se desempeña además como titular del cuerpo.
Para evitar exponer a Boudou, el kirchnerismo apuraba para este miércoles una sesión ordinaria, de manera que el debate se produzca antes de que el vice regrese de su viaje a Cuba. Es que, tras cinco semanas de inactividad, el Gobierno necesita que el Senado reglamente la polémica ley que limita la responsabilidad del Estado.
Como en la Cámara baja, la oposición también usará esa sesión para hacerse escuchar. En este caso, todavía no hay una estrategia en común. Fuentes del radicalismo dijeron a Infobae que el bloque definirá los pasos a seguir en una reunión prevista para la tarde de mañana. Y no descartaron que haya contactos con los otros bloques para coordinar medidas.
De cualquier modo, las posibilidades de avanzar en un juicio político encuentra un límite inexpugnable: el número. "No existe el número para que ese juicio político pueda ser impulsado y pueda llegar al Senado", se sinceró el también radical Mario Cimadevilla en declaraciones radiales.
La chance de torcer alguna voluntad a su favor en la comisión que debe comenzar el proceso no parece probable, pero la oposición está dispuesta a darle la mayor visibilidad posible al embate contra el vicepresidente por la causa Ciccone. Con escasas oportunidades de lograrlo, se contentará con hacer ruido. La de Boudou es una partitura que todos conocen y pueden tocar sin desafinar.
Por Federico Ibañez - fibanez@infobae.com