La llegada de los presos de Guantánamo a Uruguay parece haber quedado en stand by luego de que en el último tiempo poco se avanzara en el proceso. Mientras los abogados intentan acelerar el arribo a Montevideo, uno de los detenidos, de nombre Jihad Ahmed Mujstafa Dyab –un sirio que lleva 12 años encarcelado–, ha realizado varias huelgas de hambre debido a la indefinición de su liberación.
Debido a la resistencia del detenido a alimentarse, en mayo, una jueza federal de los Estados Unidos anuló una orden anterior que impedía que el preso sirio fuera alimentado por la fuerza, según consigna El País.
"La corte simplemente no puede dejar que el señor Diyab muerta", manifestó la magistrada Gladys Kessler, de acuerdo a lo publicado por The New York Times.
Courtney Busch, uno de los abogados que asesora legalmente a los cautivos, reconoció que Diyab se encontraba en muy mal estado y subrayó que el detenido estaba haciendo huelga de hambre porque le era insoportable el "limbo" en el que se encuentra. Busch tuvo una reunión con el reo el pasado 20 de mayo.
"El señor Diyab estaba muy delgado cuando lo vi y se veía mal. No ha tenido recreación o incluso una ducha por casi siete meses", describió el abogado, quien al mismo tiempo agregó que el cautivo presentaba serias complicaciones debido a sus anteriores huelgas de hambre. Entre ellas, destacó un serio dolor en los riñones y sangre en la orina.
"Todo lo que quiero saber es cuál es mi situación. ¿Voy a salir o no?", le reclamó Diyab a su defensor.
El hombre sirio, quien permanece en Guantánamo desde hace 12 años, había sido condenado a muerte en ausencia a Siria.
Temor por la lentitud del proceso
Tanto en los Estados Unidos como en Uruguay se están dando dos trabas que mantienen en vilo a las defensas de los detenidos. Por un lado, en el Capitolio el bloque republicano mantiene su resistencia a liberar a los cautivos, mientras que en el país rioplatense, que tendrá elecciones en el mes de octubre, el candidato opositor Luis Lacalle Pou se ha mostrado en contra de que el Gobierno lleve adelante este operativo.
Por eso, ante este panorama, trece abogados enviaron una carta el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, a la asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice y a otros altos funcionarios de la administración Obama expresando su preocupación por la falta de celeridad del proceso.
"Los firmantes de esta carta representan prisioneros detenidos en la bahía de Guantánamo, cuya transferencia fue aprobada desde hace años y están designados para ser transferidos a la República Oriental del Uruguay, que está preparada para darles la bienvenida inmediatamente. Escribimos para preguntar respecto a la situación de este esfuerzo y para ofrecer cualquier asistencia que podamos proveer para acelerar la transferencia de nuestros clientes", dice la carta que fue divulgada por The New York Times.
En esa línea, los representantes jurídicos reconocieron que "el tiempo no está de nuestro lado". Además, en la carta que difundieron, los abogados señalaron que los seis detenidos –un tunecino, un palestino y cuatro sirios- quieren llegar a Uruguay "como grupo".
"El Congreso está considerando restricciones adicionales a la capacidad del presidente de transferir prisioneros fuera de Guantánamo. Además, las próximas elecciones y el cambio de gobierno en Uruguay este otoño (del Hemisferio Norte) hacen que la prisa sea todavía más crítica", agrega el comunicado.
Desde que el presidente Obama anunció su voluntad de cerrar Guantánamo, allá por 2009, el partido republicano se ha mostrado renuente a cada paso que fue dando el mandatario. Incluso el bloque opositor criticó el canje del sargento estadounidense Bowe Bergdahl, detenido en Afganistán, por cinco talibanes.
"Sería extremadamente desafortunado, para decir lo menos, si la reacción del Congreso al reciente canje del sargento Bowe Bergdahl haya enfriado la voluntad del Departamento de Defensa de proceder con el reasentamiento de nuestros clientes en Uruguay", expresan los defensores de los cautivos a través de la misiva.