Las conclusiones oficiales a las que arribaron los investigadores fueron reveladas por el diario británico Sunday Times, que cita a fuentes "cercanas" a los equipos de pesquisa de la policía y las autoridades aeronáuticas malayas, como el origen de su información.
De acuerdo a las investigaciones mencionadas por el diario, el comandante Zaharie Shah, de 53 años, es el principal sospechoso porque en su casa poseía simuladores de vuelo en los que ejercitaba aterrizajes, lejanos de su ruta habitual, sobre el Océano Indico.
Shah volaba habitualmente entre Kuala Lumpur (Malasia) y Pekín (China) y esa ruta fue la que emprendió el 8 de marzo cuando desapareció el vuelo MH370 bajo su mando.
Los simuladores de vuelo incautados en su casa revelaron también que el comandante ensayaba aterrizajes en islas lejanas y pistas elegidas al azar.
Estos instrumentos, que los pilotos utilizan normalmente cuando están en vuelo, inmediatamente centraron la atención de los investigadores, que ya una semana después de la desaparición de la aeronave, habían especulado en una "acción deliberada" para hacer desaparecer al avión de Malaysia durante su vuelo hacia Pekín.
Sin embargo, el comandante Shah había borrado todos los datos que indicaban sus actividades en los simuladores y tomó tres meses recuperar la información.
Además, los investigadores confirmaron "problemas de familia" del comandante Shah, que con 18 mil horas de vuelo sobre sus espaldas, estaba considerado como "muy experto".
De las 170 entrevistas realizadas por los investigadores, se desprende que el comandante, padre de tres hijos, tenía problemas familiares y no tenía "más planes para el futuro, ni profesional ni privados", publicó el diario londinense.
Los familiares y amigos continúan negando que Shah hubiese cometido alguna acción precipitada o que hiciera desaparecer el avión a propósito.
Para ellos, Shah sigue siendo "una buena persona y la verdad va a salir".
La policía, en un comunicado oficial, aseguró que las investigaciones están avanzando y que no se excluye "ninguna pista" incluyendo las opciones de una falla técnica o de un ataque terrorista.
Sin embargo, el misterio de cómo y por qué los Boeing 777 de Malaysia Airlines ha desaparecido en el aire permanece.
Mientras tanto, crece la rabia y el dolor de los familiares y parientes de los pasajeros, en su mayoría chinos, que pronto deberán enfrentarse con los certificados de defunción que enviará el gobierno malayo, sin tener la mínima idea de cuál ha sido su fin y tampoco las causas de la tragedia.