Joseph Humire habla de Irak no sólo como un experto en seguridad, sino desde la experiencia de haber estado allí como miembro de la Marina. El estadounidense de familia boliviana está convencido de que mandar tropas hoy sería una trampa mortal para los Estados Unidos, y habla del desafío "ideológico" de combatir la avanzada del islam radical en todo el mundo.
Humire explicó que el grupo que acaba de poner en jaque al gobierno de Irak fue creado por Abu Musab al Zarqawi en el año 2004, con el nombre de Al Qaeda en Iraq (AQI). Después de la muerte de al Zarqawi en 2006, AQI cambió su nombre por Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), y comenzó un proceso de empoderamiento. Recaudó mucho dinero de Arabia Saudita, de Kuwait y de Qatar, avanzó en el control de zonas petroleras y preparó sus milicias militar y técnicamente en Afganistán, detalla el experto.
Hoy en día se trata del grupo radical islámico con más dinero y más armas, y cuenta con aproximadamente entre 3.000 o 4.000 hombres.
-Con lo sucedido desde 2003 hasta este momento, ¿considera que Estados Unidos debería volver a Irak para colaborar ante la avanzada yihadista de EIIL?
La crisis actual es la sumatoria de una cantidad de errores que se han cometido en Medio Oriente desde el 2003 a esta parte. Aunque en ese momento yo no estaba a favor de la invasión, siempre entendí por qué lo hicimos. Ahora es fácil mirar hacia atrás y decir que EEUU estuvo mal, pero lo cierto es que había muchos informes de inteligencia, y no solo de los EEUU, sino también de Inglaterra, de Israel, de Australia, de Canadá, que tenían la misma información sobre lo que sucedía allí, y las probabilidades de que en efecto hubiera armas de destrucción masiva era alta.
Ahora ya sabemos que esto no era así, y que fue un primer error. Pero creo que el error principal pasó por lo político. En 2004, impulsamos una ley que prohibía a todos los miembros y ex miembros del que era el partido de Saddam Hussein que vuelvan a participar en la política iraquí. Esto fue un error terrible, porque implicó el aislamiento de personas que tienen poder y conexiones importantes con otros países. Es en parte el germen del poder que hoy tiene EIIL. Además, no veo conveniente una invasión porque esta crisis no es más que un juego de ajedrez entre Arabia Saudita e Irán por la región.
-¿En qué consiste esta partida de ajedrez? ¿Quién va ganando?
Hasta el momento el ganador de la partida es Irán. Cuando Hasan Rohani ofreció ayuda al gobierno chiíta contra los yihadistas, se reforzó. Por un lado, porque hace que el gobierno iraquí sea dependiente de la colaboración militar de Irán. Por el otro, porque el próximo mes se celebrará la quinta ronda de negociaciones en Ginebra sobre el programa nuclear iraní, y allí el gobierno de Rohani estará en una posición más favorable para empezar a pedir y poner condiciones. Irán nos está ganando en la mesa de negociaciones, y por eso creo que si nosotros nos metemos en el conflicto, solamente nos vamos a enterrar más en ese juego de ajedrez que no es nuestro.
-¿Y qué pasa si EIIL llega a Bagdad?
El enfrentamiento actual entre chiítas y sunitas no es nuevo, sino que tiene una larga historia. En el peor de los escenarios pueden terminar en una guerra regional, y hasta mundial. Pero hablando de la política global, sucede que mientras más nosotros nos metemos en Medio Oriente, más ellos expanden su presencia en Canadá, en América Latina, en África y en Asia. Entonces se expanden mientras nosotros nos enfocamos.
Yo siempre observé que Rusia y China intentan permanentemente que nosotros nos metamos en Medio Oriente, como un hueco en donde están intentando que tu caigas. A menos que nos ataquen, si Estados Unidos puede evitar una invasión, debe evitarla.
-¿Cuál debería ser la respuesta ante la insurgencia?
Muchas veces creemos que en el resto del mundo las cosas son como aquí, pero nos equivocamos. En EEUU la política y la religión son cosas separadas. En Medio Oriente no es así, la religión es parte de la política. EEUU solo trabaja en los síntomas de los problemas, en Siria, en Irak y donde sea, pero la causa de fondo es que hay una visión del islam muy radical que se está expandiendo por todo el mundo, principalmente en Medio Oriente, y que está avanzando. EEUU ha peleado contra el comunismo en su momento, y sin embargo realmente nunca se ha enfrentado, en este plano, al islam radical.
-Usted nació en Estados Unidos pero es hijo de padres bolivianos. ¿Cuál es su opinión del gobierno de Evo Morales?
Estuve en Bolivia en la Cumbre del G77 + China, y es interesante porque Evo Morales, que era el patrocinador del evento, mostraba ante el mundo un perfil que yo nunca había visto. Era como si fuera un líder mundial de la talla de Nelson Mandela, algo que los propios bolivianos no podrían creer. Dentro de Bolivia Evo ha perdido mucha popularidad, incluso los grupos indígenas que lo respaldaron en su campaña en 2005 ahora lo detestan porque sienten que él le ha dado la espalda al mundo indígena. El problema es que Evo ha logrado dividir a la oposición, y a algunos líderes encarcelarlos y sacarlos del país.
-Antes se refirió a la expansión de Irán en Latinoanerica, ¿cuál es el riesgo?
Yo diría que es un riesgo demasiado alto. Después del 2003, Irán se dio cuenta que tenía una desventaja comparativa con EEUU en términos geográficos, porque nosotros tenemos presencia en todo el mundo. Desde ese momento ha dedicado todas sus iniciativas estratégicas a contrarrestar esa desventaja, y para aumentaron su presencia en América Latina, entre otras zonas estratégicas. Pero Irán no es una potencia lo suficientemente grande como para mandar buques, aviones, y tropas por el momento. Lo que sí puede hacer es preparar el ambiente en la región para hacerlo en el futuro. En eso creo que consiste hoy la presencia iraní, basada en un trabajo de inteligencia. Yo trabajé en la oficina de inteligencia y puedo decir que la tarea allí son las operaciones que sirven para preparar la batalla. Nadie hace inteligencia en un país porque sí, si no tiene el objetivo de una operación militar en el futuro en el futuro.