Los insurgentes suníes lanzaron este miércoles un ataque con proyectiles contra la refinería de petróleo de Biyi, en la provincia de Saladino y la principal de Irak, donde prosiguen los combates con las fuerzas de seguridad apostadas en el lugar.
Una fuente policial explicó a la agencia EFE que las fuerzas gubernamentales lograron repeler el primer ataque, pero que si no llegan refuerzos es probable que los insurgentes se hagan con el control de ese importante motor de la economía iraquí.
La refinería, situada a unos diez kilómetros de la ciudad de Biyi, estaba amenazada por los rebeldes desde hace días, por lo que los extranjeros que trabajaban en ella habían sido evacuados.
Los atacantes, encabezados por el extremista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), asaltaron el complejo desde distintos puntos y lanzaron proyectiles.
Uno de ellos cayó en uno de los depósitos de combustible, lo que provocó un gran incendio y que se elevaran densas columnas de humo.
Según la fuente policial, se produjo un número indeterminado de bajas en las filas de los insurgentes, aunque no precisó cifras ni víctimas en el bando contrario.
El pasado 10 de junio, los combatientes sunitas tomaron el control de Mosul, la segunda ciudad del país y capital de la provincia norteña de Nínive, y comenzaron a extender su ofensiva hacia las provincias de Saladino, Kirkuk y Diyala, en su camino hacia la capital.
También irrumpieron en la zona de Biyi, de donde fueron expulsados un día después por las fuerzas de élite iraquíes, en cooperación con clanes tribales, aunque los enfrentamientos prosiguieron en la zona.
De hecho, el pasado 13 de junio, al menos 30 personas murieron, en su mayoría soldados retenidos por los insurgentes en una mezquita de Biyi, por los bombardeos de la aviación iraquí.