El presidente iraní Hasan Rohani dijo este sábado que está listo para prestar asistencia a Irak en su lucha contra los insurgentes sunitas de Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), y descartó haber enviado tropas hasta el momento.
Según la cadena BBC Mundo, la posible colaboración responde a los estrechos lazos que unen a Irán con el gobierno iraquí, que llegó al poder después del derrocamiento del sunita Saddam Hussein. En efecto, ambos gobiernos pertenecen a la etnia chiíta.
"Si el gobierno de Irak nos solicita ayuda, podríamos proveer cualquier asistencia que la nación iraquí quisiera de nosotros en la lucha contra el terrorismo", aseguró Rohani durante una conferencia de prensa durante la conmemoración su primer año de mandato.
Irak es un vecino y aliado crucial. Irán ha trabajado arduamente durante los últimos diez años para asegurar un gobierno pro Teherán en Bagdad. Cualquier amenaza al estatus quo sería un serio golpe a esos esfuerzos.
Según la BBC, hay informes creíbles que el máximo comandante de las fuerzas Quds de Irán, general Qassem Suleimani, se encuentra en Bagdad, ayudando a fortalecer las defensas de la capital y de la norteña ciudad sagrada de Samarra, y organizando y coordinando las milicias chiítas iraquíes que son leales a Irán.
"Si el gobierno de Irak nos solicita ayuda, podríamos proveer cualquier asistencia"
En la misma alocución, Rohani aclaró que la colaboración militar todavía no había sido discutida y que el gobierno iraquí hasta el momento no había solicitado la ayuda. "Proveer ayuda y unirse a los operativos son diferentes", agregó.
El mandatario no descartó una cooperación con los Estados Unidos, un enemigo tradicional de Irán, en un eventual combate conjunto contra los insurgentes de EIIL. Sin embargo, consideró que Irak es capaz de defenderse.
Mientras la embestida de EIIL continúa hacía Bagdad, el máximo clérigo chiíta de Irak, el ayatolá Ali al Sistani, llamó a los chiítas a armarse. Según la BBC, el llamado del líder religioso ya tuvo resultados, ya que las milicias chiítas han sumado a miles de combatientes que podrían jugar un rol clave en la defensa de Bagdad.
Los radicales musulmanes, por su parte, que se preparan para tomar la capital, contaron con el apoyo de antiguos partidarios de Saddam Hussein y otros sunitas descontentos.
El sábado, el Pentágono anunció a través de un comunicado el despliegue de un portaaviones en aguas del Golfo Pérsico, con el objetivo de dar "más flexibilidad en caso de que sea necesario recurrir a una operación militar para proteger las vidas de los estadounidenses, los ciudadanos y nuestros intereses en Irak".
Antes, el presidente
estadounidenses a Irak, aunque afirmó que evaluaban otras opciones.
El presente escenario supone la mayor amenaza para la estabilidad de Irak desde la retirada de Estados Unidos a finales de 2011. La nueva realidad empuja al país al borde un precipicio étnico y permite vislumbrar al actual territorio dividido en tres: suníes, chiíes y kurdos.
Según el vocero de derechos humanos de la ONU, Rupert Colville, cientos de civiles murieron en los últimos días en Irak durante esta ofensiva. El Alto comisionado también recibió información sobre ejecuciones sumarias de soldados iraquíes en Mosul.