El fútbol y la política es un clásico que se juega a nivel global, pero especialmente en las latitudes latinoamericanas. Lo supo muy bien Argentina en el año 78, lo vive ahora Brasil con las protestas ciudadanas que aprovechan la atención mundial para exigirle mejoras sociales al gobierno de Dilma Rousseff. En la arena criolla, esta vez "invertir" en el deporte más masivo del mundo servirá como un eslabón más de la estrategia de campaña de los candidatos al sillón de Rivadavia para el año que viene.
El menú de tácticas para lograr la adhesión del electorado es variopinto, pero conocido. Oscila entre la clásica instalación de pantallas gigantes en puntos estratégicos de la vía pública - una de las armas predilectas de intendentes y gobernadores-, como el lanzamiento de aplicaciones y juegos para celulares. Otros, en cambio, apostarán a más y realizarán viajes relámpagos a Brasil para presenciar algún partido del torneo, con la dificultad de que ello pueda volverse en contra si surgiera algún conflicto de importancia.
El objetivo siempre es el mismo: generar adhesión o "simpatía" en el intento de identificar la pasión deportiva con el candidato. Los más verborrágicos y "clásicos" en lo discursivo buscarán hacer suyo el nacionalismo y los valores que encarna (o dice encarnar) la competencia y el seleccionado argentino.
Si bien no disputará los comicios de 2015, Cristina Kirchner nuevamente usará el Fútbol para Todos para mostrar las obras y lineamientos de su gestión. Será un mes de pura artillería oficialista que se emitirá desde las pantallas locales. Hasta ahora, la mandataria no aclaró si viajará a la cita mundialista, pero sí aprovechó el evento para apoyar a la presidente Dilma Rousseff a través de su cuenta de Twitter.
Los que ya cuentan con sus entradas para asistir al Torneo FIFA son el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y el diputado del Frente Renovador, Sergio Massa. Muy probablemente, los detractores del ex presidente de Boca utilizarán la escapada mundialista para cuestionarlo por sus reiterados viajes al exterior por vacaciones. Quedará a cargo de la administración porteña la vicejefa María Eugenia Vidal, ya que Horacio Rodríguez Larreta, el segundo de Macri, lo acompañará para ver los partidos del combinado argentino.
Por su lado, los principales dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz y Julio Cobos, definieron no ir a la Copa al menos en los partidos de primera ronda. Continuarán recorriendo el país para dar a conocer las propuestas que llevarán a cabo en caso de obtener la primera magistratura.
El ex vicepresidente tendrá actividades en el interior y verá por televisión los partidos de Argentina con amigos y familiares, mientras que el titular de la UCR aprovechará el torneo para marcar presencia en el conurbano bonaerense: recorrerá hospitales y escuelas, y hasta prevé viajar en el tren Sarmiento y San Martín para explicar sus proyectos para 2015.
El gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, tampoco presenciará el máximo evento del fútbol internacional porque para él "el Mundial se juega acá", señalaron sus allegados, en una clara alusión a la campaña del mandatario de cara a las elecciones de 2015.
Sin embargo, el ex motonauta sabe que no puede hacer caso omiso a la cita. Fue el primero de los funcionarios en lanzar una aplicación para que los interesados puedan seguir de cerca los partidos de Brasil, con el Fixture Mundial 2014-Ola Naranja, que lleva en su pantalla inicial la leyenda ?Scioli 2015?. Luego lo siguió la UCR y el propio Macri, aunque este último con un juego mundialista que tiene el fin de capacitar para el uso de la Boleta Única.