El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, aseguró que los niveles de inseguridad y de violencia en el país no sólo cayeron un 25% en los últimos cuatro meses, sino que entre 2012 y 2013 la reducción fue del 12 por ciento. Durante su presentación en el foro "México, reformar para crecer", organizado por el Grupo Prisa, aseguró que se trata de cifras alentadoras, aunque aclaró que "no es un tema resuelto".
"El problema de la inseguridad está en el mundo entero y en la región latinoamericana hay países con índices de violencia incluso mayores que los que tiene México", sostuvo y remarcó que su gobierno trabaja para darles "tranquilidad y seguridad" a los ciudadanos. "Estamos en ruta para alcanzar este objetivo con resultados alentadores y que nos permitirán reducir de manera aún más significativa los niveles de violencia y de homicidios dolosos", afirmó.
De acuerdo con el mandatario, "en los últimos años, México ha estado muy señalado y estigmatizado por la condición de inseguridad que se daba de manera muy aguda en algunas entidades del país". "Hoy subsiste el problema, pero no de igual forma. Las entidades del país que viven crisis o condición más crítica por la seguridad están claramente focalizadas e identificadas", advirtió.
Peña Nieto agregó que en algunos lugares que atravesaron por problemas muy serios y que tuvieron resonancia internacional, la condición hoy es "otra". Dio como ejemplo el caso de Ciudad Juárez, en Chihuahua, que "era quizá la más estigmatizada por este problema, que lo había, que lo sigue habiendo, pero en un escenario muy distinto", según cita el periódico Excelsior.
Una situación similar se observó en la Zona Metropolitana de Monterrey, Nuevo León, "que vivió un momento crítico en su seguridad y que hoy la disminución de la delincuencia y de los índices de delincuencia se han reducido sensiblemente", dijo el jefe de Estado. También admitió que hay problemas en Tamaulipas, en Guerrero y en Michoacán y sostuvo que allí concentra actualmente los esfuerzos gubernamentales.
La última visita que recibió el rey Juan Carlos
El rey Juan Carlos impuso a Peña Nieto el Collar de la Orden de Isabel la Católica, la segunda distinción en importancia que concede el gobierno español, y a la primera dama mexicana, Angélica Rivero, la Gran Cruz de la misma orden.
Luego, los reyes y los príncipes de Asturias almorzaron en el Palacio de la Zarzuela, residencia oficial del monarca, con el presidente de México y su esposa, en la última ocasión durante su reinado en que Juan Carlos de Borbón ejerce como anfitrión de un mandatario extranjero en visita de Estado.
Esta visita del presidente mexicano se produce días antes de la ceremonia de abdicación de Juan Carlos I como rey de España y la proclamación de su hijo Felipe VI como nuevo monarca, que con toda probabilidad se celebrará el 19 de junio.