El presidente de Israel, Shimon Peres, llegó hoy al Vaticano y fue recibido por el papa Francisco a la entrada de su residencia, la Casa Santa Marta, para participar en una oración por la paz en Oriente Medio junto con el presidente palestino, Mahmud Abbas, quien arribó al lugar unos minutos después que su par israelí.
El acto comenzó con la llegada de los presidentes a a la Domus Santa Marta, la residencia del Vaticano donde vive el Papa. El pontífice recibió primero a Peres y luego le dio la bienvenida a Abbas.
Luego de dialogar unos minutos, los tres se encontraron en la recepción de Santa Marta y fueron traslados a los jardines de la Casina Pío IV, no muy lejos del Museo Vaticano, donde oraron en forma conjunta por la paz en Medio Oriente. Los acompañó el patriarca ecuménico y líder de la Iglesia ortodoxa, Bartolomé I, quien también fue invitado a la reunión.
Tras la ceremonia, el Papa y los presidentes se reunirán en privado en la sede de la Academia de las Ciencias, a pocos pasos del lugar del evento.
Apenas horas antes del encuentro, el Sumo Pontífice mostró su esperanza de que el encuentro en el Vaticano pueda dar sus frutos. "La oración lo puede todo. Pidamos por la paz en Medio Oriente y en todo el mundo. #weprayforpeace", publicó en su cuenta de Twitter.
Esta mañana, durante la Misa de Pentecostés, el Sumo Pontífice reiteró su llamado y agradeció a todas aquellas personas que alrededor del planeta ya rezan porque el encuentro sea productivo.
En el saludo inicial estuvo presente también el custodio de Tierra Santa, el franciscano Pierbattista Pizzaballa, quien se ha encargado de organizar todos los detalles de esta celebración.
El papa Francisco se sentó en medio de los presidentes y juntos asistieron a la celebración, que fue dividida en tres partes y en la que se siguióel orden cronológico del origen de las tres religiones: judaísmo, cristianismo e islam.
El último paso de la celebración comenzó con la intervención del papa Francisco, que invocó la paz y después invitó a cada uno de los dos presidentes a formular sus propias invocaciones.
"El deseo del papa es el de hacer una pausa en la política, elevarnos y mirar en alto y desde arriba darnos cuenta de lo que ocurre en Tierra Santa", explicó Pizzaballa.