Tras una larga ausencia en los escenarios boricuas, el Ballet Nacional de Cuba tuvo el viernes su primera presentación ante una sala de conciertos repleta, con cerca de 2 000 espectadores en el Centro de Bellas Artes de San Juan. Reconocida por la calidad de sus espectáculos, la compañía al mando de la legendaria coreógrafa y bailarina Alicia Alonso cosechó una elogios por parte de los medios locales.
Sin embargo, de las mieles del éxito y la aclamación que lograron el viernes con su repertorio, el régimen de los Castro pasó al amargo sabor del ridículo internacional: al menos seis integrantes del ballet decidieron poner fin a la opresión que vivían en la isla y desertaron en busca de libertad. En la noche del sábado, un equipo de AméricaTeve los recibió en el aeropuerto de Miami a los jóvenes que se resisten a seguir siendo rehenes artísticos de la dictadura cubana.