La inmensa cantidad de escombros producidos por el choque formó una densa nube de residuos alrededor de nuestro mundo que, obedeciendo las leyes de la gravedad, se fueron uniendo hasta dar forma a lo que hoy es nuestro satélite, explica el ABC de España. La confirmación, publicada por la revista especializada Science, explica que se habría tratado de la mayor de las colisiones sufridas por la Tierra en toda su historia.
Según estas publicaciones, los esfuerzos para confirmar el brutal impacto se centran en medir las proporciones entre varios isótopos del oxígeno, titanio, silicio y otros elementos. De acuerdo con los científicos, esas proporciones son una especie de "firma" a partir de la cual pueden determinar de qué planeta procede una roca concreta. En el caso de la Luna, explica el diario español, comparar esas proporciones entre rocas lunares y terrestres puede decirnos cuánto de Theia (el cuerpo que se estrelló contra nuestro planeta) y cuánto de la Tierra hay actualmente en nuestro satélite.
Un grupo de investigadores alemanes, liderados por Daniel Herwartz, aplicaron técnicas nuevas para comparar las proporciones de dos isótopos del oxígeno en varias muestras lunares llegadas a la Tierra en forma de meteoritos. Además, reforzaron sus conclusiones analizando muestras más "frescas" proporcionadas a los investigadores por la NASA traídas directamente al planeta por los astronautas de las misiones Apolo 11, 12 y 16.
"Ahora podemos estar razonablemente seguros de que la gran colisión se produjo. Y segundo, que por fin podemos hacernos una idea de la geoquímica de Theia. Parece que Theia tuvo que ser muy similar a lo que nosotros llamamos condritas de tipo E. Y si eso es cierto, podremos predecir la composición geoquímica e isotópica de la Luna, que es una mezcla de materiales de Theia y de la Tierra. El siguiente objetivo es saber cuánto material de Theia ha sobrevivido en la Luna", explicó el propio Herwartz.
Los especialistas estiman que un 70% y un 90% de la Luna está compuesto de materiales de Theia, mientras que entre el 10% y el 30% restante procede de la Tierra. Herwartz afirma que los nuevos datos indican que sería posible una mezcla de hasta el 50% (mitad Theia, mitad Tierra), aunque se necesitan nuevas investigaciones para confirmarlo.