Salió a caminar por Loro Parque, un conocido zoológico de Tenerife. Pero lo hizo disfrazado de gorila y con actitud animal. Un veterinario, al ser alertado por el supuesto "escape" del peligroso simio, procedió a sacar su arma cargada con dardos tranquilizantes. Y le disparó. Un tiro de aire comprimido fue suficiente para inmovilizarlo.
Pero la víctima del ataque con dardos no era un gorila. Ni tampoco peligroso. Resultó ser un operario de 35 años quien participaba de un simulacro de escape de animales en el parque temático. Sin embargo, parte del staff del zoológico no había sido advertido sobre esta novedosa implementación en la actividad. A causa del disparo, realizado por el veterinario, tuvo que ser trasladado hasta el Hospital Universitario de Canarias en estado grave.
El operario se disfrazó de gorila para darle más verosimilitud al simulacro. Sin embargo, el veterinario no lo distinguió y abrió fuego contra el supuesto simio cuando éste quiso ingresar en la jaula de sus "imitados". El dardo se alojó en la pierna del hombre, quien se desplomó de inmediato.
El tranquilizante llevaba una dosis para dormir a un animal de 200 kilos, lo que provocó el inmediato desvanecimiento del empleado de Loro Parque. La víctima tuvo una reacción alérgica al dardo, lo que agravó la situación. Una dotación del Servicio de Urgencias Canario (SUC) evacuó al paciente hasta el Hospital Universitario de Canarias (HUC), tras administrársele un antídoto y ser estabilizado por un médico, según consignó el diario La Opinión, de Tenerife.
La Policía Nacional se llevó el arma de aire comprimido, el sedante y el antídoto empleado. De todo lo practicado se dio cuenta al Juzgado de Instrucción de guardia de Puerto de la Cruz. El incidente fue considerado como accidente laboral, aunque todavía resta determinar la responsabilidad del veterinario que accionó el arma.