La empresa nipona Honda ordenó suspender hasta el 8 de julio la producción de automóviles y motos de sus plantas de Campana y Florencio Varela, localizadas en la Provincia de Buenos Aires.
La medida, que estará vigente por 20 días hábiles, está en sintonía con la crisis que afecta a todo el sector automotriz, debido al desplome de la demanda interna -producto de la devaluación y el impuesto a los autos de lujo- y la retracción de los pedidos desde Brasil.
El cese en la producción se dictaminó por el exceso de stock de las unidades fabricadas, ya que no se pudieron vender debido a la parálisis que sufre el mercado. Se estima que recién en un mes la cadena de comercialización se reactivará, lo que significaría el retorno al trabajo normal del personal de planta.
Honda abonará el 80% de los sueldos brutos a todo el personal mientras persista el freno a la producción, confirmaron fuentes del mercado a Infobae.
En su habitual conferencia de prensa, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich fue consultado y respondió: "No tengo información y no tengo ninguna notificación" sobre el tema.
La planta de Campana afectada por el parate había sido inaugurada en mayo de 2011 por la presidente Cristina Kirchner junto a Amado Boudou, que en ese momento era ministro de Economía. Ubicado en un predio de 142 hectáreas, el establecimiento tiene capacidad de producción de hasta 50 mil unidades.
Los números de la nipona hablan por sí mismos. Hasta ahora, la compañía vendió 2930 automóviles, muy lejos de las ventas registradas en el mismo mes del año pasado, cuando se colocaron 4450 unidades. En total, la merma productiva significó una caída del 34 por ciento.