Joven, con poca experiencia, hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), Lacalle Pou, de 40 años, fue la gran sorpresa de las elecciones primarias que vivió Uruguay el pasado fin de semana. Con un 53%, se impuso en las internas del Partido Nacional sobre el experimentado Jorge Larrañaga (46%), quien, a priori, figuraba como el gran candidato.
En diálogo con InfobaeTV, el precandidato presidencial mostró un costado poco común en un político que se encuentra en plena campaña electoral. Evitó criticar al presidente José Mujica y optó por señalar los mejores aspectos de su gestión.
"Trato de hablar de las cosas buenas de mi presidente y no de las malas, aunque tengo varias para hablar", reconoció. Y agregó: "Me alegra que mi presidente sea reconocido en el extranjero", en referencia a la imagen positiva que cobró José Mujica en los últimos tiempos gracias a sus medidas humanistas.
A diferencia del común de los políticos que se encuentran en campaña, Lacalle no buscó polemizar y hasta reconoció que recurriría a dirigentes de otros sectores con experiencia, en caso de alcanzar la presidencia: "Si soy presidente de la República, utilizaría la experiencia de muchos años de democracia".
"La utilización de 30 años de democracia no podemos desperdiciarla", completó.
Por su parte, con respecto a la ley de marihuana impulsada por el gobierno de Mujica, el candidato por el Partido Nacional consideró que "el que vende y no consume tiene que tener una pena máxima".
"El Estado abandona su anclaje, que es velar por la salud pública", aseguró Lacalle, quien fustigó: "De estos chicos nos acordamos cuando salen en páginas policiales".
Inesperado repunte
Un año atrás, las encuestas apenas le daban un 7% de intención de voto. En cambio, hoy en día tendrá la dura misión de pelearle la presidencia al favorito en todos los sondeos, el ex mandatario Tabaré Vázquez, y al senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado.
La inesperada remontada que alcanzó en el tramo final de la campaña le significó el respeto hasta de sus principales contrincantes. "No es un adversario para subestimar, creo que es un adversario para tener en cuenta, que ha trabajado mucho y se ha venido posicionando, y eso es un riesgo importante", consideró Raúl Sendic, ex director de Ancap, quien se postuló para ser el segundo de Vázquez por el Frente Amplio, según consignó El País.
Con intenciones de traer "aire fresco", Lacalle construyó su perfil presidenciable presentándose como la "renovación" y la "otra forma de hacer política".
En los otros espacios políticos, en cambio, no hubo renovación dirigencial. Tabaré Vázquez cumplió con la lógica y venció holgadamente a la senadora Constanza Moreira, por más del 80% de los votos del Frente Amplio.
En el Partido Colorado, en tanto, Bordaberry hizo lo propio ante José Amorín Battle, con el 72,8% de los votos. Además, el otro que también peleará por la presidencia de Uruguay será Pablo Mieres, del Partido Independiente, quien no tuvo oponente en las primarias del domingo pasado.
Hasta el momento, los sondeos de intención de voto –realizados antes del día de las internas– ubicaban al Frente Amplio a la cabeza con un 44%, seguido por el Partido Nacional con un 26% y, el Partido Colorado con 16 por ciento.
La derrota del domingo significó un golpe muy duro para Larrañaga, a quien prácticamente daban como ganador de las internas. Una vez confirmados los resultados, el senador expresó su "dolor" a sus asesores más cercanos y que era momento de "tomar distancia".
Lacalle, en cambio, casi desde el ocaso, salió a la luz con una gran elección interna –su primera– y hoy es uno de los candidatos más valorados que buscará arrebatarle el poder al Frente.