El proyecto, según The Wall Street Journal, empezaría con 180 pequeños satélites en órbita a altitudes más bajas que los satélites comunes y podría luego ampliarse.
En función de la red desplegada, el costo oscilaría entre u$s1.000 millones y más de u$s3.000 millones.
Google ya realizó pruebas en el pasado con el Proyecto Loon, en el que internet era llevado a zonas remotas mediante globos aerostáticos, que servían como transmisores. Uno de esos globos cayó de manera controlada en la Patagonia.
El gigante en internet ya había anunciado a mediados de abril la compra, por un monto que no dio a conocer, del fabricantes de drones Titan Aerospace.
Éste fabricó prototipos que funcionan con energía solar y pueden mantenerse durante cinco años a unos 20 kilómetros de altitud. Además pueden cumplir con la mayoría de las tareas que hasta ahora quedan a cargo de los satélites geoestacionarios, pero son menos onerosos.
"Todavía es temprano, pero los satélites atmosféricos podrían ayudar a llevar acceso a internet a millones de personas", había comentado en ese momento un portavoz de Google.