El oso polar Arturo consiguió una triste fama en el país a fines del año pasado, cuando se reveló que debía soportar las altas temperaturas del verano mendocino refrescado a manguerazos y habitando un estanque con agua en malas condiciones.
En esa oportunidad, la asociación EcoLógicos Unidos reveló que el estado del animal en ese momento era "muy malo". "Nos hemos venido quejando y hemos subido muchos videos donde el oso estaba en una pileta de 50 centímetros de profundidad, donde se tira en el agua y no lo tapa y esa es la única forma que tiene de refrescarse en verano", afirmó Gabriel Flores, miembro de la organización.
Ahora, el oso polar, de 29 años de edad, volvió al centro de la escena, luego de que la actriz y cantante norteamericana Cher le reclamara a la presidente Cristina Kirchner vía Twitter por el estado de salud del animal.
Luego de los dichos de la cantante, Gustavo Pronotto, director del zoológico de Mendoza, aseguró que el animal "está controlado" y añadió: "Arturo se encuentra bien, no ha tenido ningún episodio fuera de lo normal salvo que está siendo tratado por dolencias lumbares, que tienen que ver con su edad".
Explicó que trabajan con dos laboratorios desde hace meses en el seguimiento del animal: a la vez que recopilan diariamente muestras de orina con lo que se lleva registro de dosajes, junto al Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Cricyt), llamado en la actualidad Centro Científico y Tecnológico Conicet Mendoza, estudian la materia fecal del oso. Esos estudios mostrarán en julio sus primeros resultados y darán indicaciones sobre hormonas, dolencias, etapas de celo, "todo en un ciclo determinado en la vida del animal".
Si bien los ambientalistas señalaron a fines de 2013 que existía una posibilidad de trasladar a Arturo a Canadá, Pronotto señaló que eso no se podrá llevar a cabo debido a las limitaciones impuestas por la edad avanzada del animal.
En este sentido, el funcionario recordó que en febrero una Junta Médica Veterinaria internacional evaluó a Arturo y "los expertos certificaron que no es posible siquiera anestesiar al oso para un viaje o para hacerle estudios más profundos, dada su longevidad, y por ello ratificaron su negativa al traslado".
Sobre
, Pronotto explicó que el informe histopatológico confirmó las sospechas de que el animal padecía un tipo de cáncer linfático que había comprometido órganos vitales y que se extendió en pocos meses.