La versión comenzó a correr con fuerza ayer en los Tribunales de Comodoro Py. Un juez de la Sala I de la Cámara Federal tiene -según fuentes judiciales- encaminado su voto para apartar del Caso Ciccone al juez Ariel Lijo, quien se apresta a llamar a indagatoria al vicepresidente de la Nación, Amado Boudou.
Los camaristas Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Luis Ballestero deben decidir si es válida la declaración de Nicolás Ciccone, uno de los dueños de la imprenta que según la hipótesis de la investigación judicial fue adquirida en 2010 por un grupo cercano a Boudou. También deben resolver si tiene valor la declaración del yerno de Ciccone, Guillermo Reinwick. Ambos ubicaron al vice en las negociaciones para la adquisición de la imprenta.
La defensa de Boudou planteó la nulidad de las declaraciones porque Ciccone y Reinwick fueron citados como testigos, y según los abogados de Boudou estaban imputados en la causa. También pidieron que no tuvieran validez porque no pudieron asistir a las declaraciones ya que los dos dijeron sentirse amenazados por ellos.
Cuando se produjeron las declaraciones, en diciembre pasado, el fiscal del caso Jorge Di Lello, advirtió que para él eran imputados y debían saber que podrían incriminarse con su testimonio. El juez Lijo les tomó la declaración. Y luego, ante el pedido de nulidad que hizo Boudou, validó las mismas.
Si bien discrepó con Lijo al momento de las declaraciones, Di Lello no apeló la decisión de Lijo de declararlas válidas. Para el fiscal, Ciccone y Reinwick fueron advertidos de que si declaraban podían verse inmiscuidos en un delito.
De hecho, en febrero pasado, Di Lello pidió la indagatoria de Boudou, de su socio José María Núñez Carmona y de Ciccone y Reinwick , entre otros, porque los considera a todos partícipes de la maniobra investigada.
En 2010, según los investigadores judiciales, un grupo cercano a Boudou se quedó con la máquina de hacer billetes. Por aquel entonces la Casa de Moneda -que iba a contratar a Ciccone- dependía del Ministerio de Economía. El ministro de Economía era en 2010 el actual vicepresidente de la Nación.
Hace unos días la Cámara de Casación rechazó un planteo de Boudou por el cual pedía que se lo sobreseyera porque aducía que en la investigación no estaba configurado el delito de negociaciones incompatibles con la función pública.
Luego de la decisión de Casación -interpretada como un respaldo a la investigación-, Lijo -según fuentes de Tribunales- cuando terminara de obtener más pruebas sobre el caso, iba a llamar a indagatoria al vicepresidente para que se defendiera. El socio de Boudou, Núñez Carmona, aparece cada vez más comprometido en el entramado desarrollado alrededor del caso.
Pero entre un hecho y el otro puede llegar la determinación de la Cámara Federal. Uno de los jueces tenía avanzada su decisión de nulificar las declaraciones porque considera a los testigos como imputados y además iría un poco más allá: determinaría que Lijo debe dejar el caso porque actuó de forma inapropiada. Los otros dos jueces debatían qué hacer con una de las causas de corrupción más importantes que tienen para resolver. En esa Sala, los casos complicados -donde hay figuras públicas como Boudou o Mauricio Macri- suelen ser firmados sin disidencias.
Lijo es el segundo juez del caso: el primero, Daniel Rafecas, fue apartado por los mismos camaristas que ahora deben resolver las nulidades. Luego de una dura embestida de Boudou allá por la Semana Santa de 2012, también fue apartado de la causa el fiscal Carlos Rívolo, quien había imputado al vice por las negociaciones incompatibles con la función pública. Y además fue eyectado de su cargo nada menos que quien fuera Procurador General de la Nación y jefe de los fiscales nacionales Esteban Righi. Aquella vez Boudou logró hacer estallar el expediente y detener lo que parecía inexorable: el llamado a indagatoria. No se sabe si ahora sucederá de nuevo.