La mayoría de los 33 niños que perdieron la vida en un incendio de un autobús el 18 de mayo, en el norte de Colombia, fueron velados hoy en una ceremonia colectiva en Fundación, el lugar del trágico accidente que conmocionó al país. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el defensor del pueblo, Jorge Armando Otálora, confirmaron que estarían presentes.
Una caravana con los féretros de los menores salió el miércoles por la mañana hacia Fundación desde la institución forense Medicina Legal en Barranquilla (norte del país) escoltada por la Policía.
En Fundación, cerca de 90.000 vecinos esperaban para darles el último adiós a los niños que murieron cuando el autobús en el que regresaban de un servicio religioso dominical se incendió en el humilde barrio de Altamira.
Dos de los menores serán enterrados en la ciudad de Santa Marta, uno en Barranquilla y otro en Venezuela, por decisión de los padres, mientras que los restos de los otros 29 niños fallecidos descansarán en Fundación.
El defensor del pueblo afirmó, en las últimas horas, que evalúa interponer una demanda contencioso-administrativa contra el Estado por los fallos cometidos por varias instituciones en estos hechos. El bus en el que viajaban los niños no estaba habilitado y su conductor, que escapó del lugar sin auxiliar a los pequeños cuando comenzó el incendio, tenía la licencia vencida. Por este motivo, tanto el chofer como la persona que contrató el transporte están detenidas y enfrentan cargos por homicidio.
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