La sequía de reservas y la fuga de dólares no cesan sino que, por el contrario, continúan profundizando la crisis que sufre el Banco Central, lo que resiente la economía argentina, entre otros factores. Para el Gobierno, esta problemática es una de las más importantes, sobre la que despliega sus mayores esfuerzos, hasta ahora sin alcanzar los resultados deseados.
Por eso, en un nuevo intento por lograr atraer la divisa norteamericana al país, el ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunió la semana pasada con varios de los agentes de la Bolsa más importantes en el mercado financiero local.
"De los diez que estábamos ahí, cinco estaban entre los top ten que más operaciones realizan?", reveló al diario El Cronista uno de los que ingresó al despacho del ministro, en el Palacio de Hacienda. Según confió, Kicillof les aseguró que ?vería con muy buenos ojos si ellos logran inducir a sus clientes a no ingresar dólares al país a través del contado con liquidación sino hacerlo mediante el Banco Central.
A cambio, el ministro les prometió darles "algún tipo de flexibilización?". "Lo más probable es que sea algún tipo de exención impositiva"?, deslizó al matutino el presidente de una sociedad de bolsa que estuvo presente en el encuentro.
"Algún tipo de incentivo tiene que haber, porque de lo contrario, ninguna compañía querría ingresar dólares a $7,99 (precio de compra de la pizarra del Banco Nación), cuando podrían hacerlo en forma legal comprando bonos en Nueva York y vendiéndolos en la plaza local a $ 10,50", opinó el titular de una entidad bursátil.
Y precisó que con ese pedido, Kicillof "provocó que se disparara el precio del contado con liqui, ya que las sociedades de bolsa le pusimos un freno a las operaciones de liqui para traer divisas al país. Al correr la oferta, suben los precios. Es una cuestión simple de oferta y de demanda"?.
De acuerdo a lo consignado por el diario, varias empresas venían haciendo contado con liquidación inverso para traer dólares que tenían ahorrados en el exterior a un tipo de cambio de $10,50 (para fugar sale $10,90). Usaban este dinero fresco para poder pagar salarios y cubrir los cheques a los proveedores, ya que la facturación, en muchos casos, no alcanza a cubrir la suba de costos que están teniendo por efectos de la inflación.
Hay que tener en cuenta que la cotización del dólar paralelo rige en función del precio del liqui, que surge de operaciones bursátiles con bonos y acciones que permiten hacerse de dólares en el exterior, de ahí que se disparó hasta $ 11,77.