El proyecto para repartir un porcentaje de las ganancias de las empresas entre sus empleados vuelve a aparecer en escena. La propuesta, que el kirchnerismo agita cada vez que se tensiona su relación con el empresariado, había perdido estado parlamentario a fines de 2013 debido a que no fue votado antes del recambio legislativo.
Esa no fue la única iniciativa afectada por la llegada de los nuevos diputados: otros 94 proyectos de reformas laborales propuestos por Héctor Recalde tuvieron el mismo destino. Pero el incansable legislador volvió a la carga: con o sin el respaldo del Gobierno, volvió a presentar las 95 iniciativas entre el 24 de marzo y el 14 de abril de este año, según consigna el diario Ámbito Financiero.
De ellos, el que más preocupa al empresariado es el proyecto para que "empleados u obreros que presten servicios en virtud de un contrato de trabajo en una empresa con fines de lucro, tendrán derecho a una retribución anual en concepto de participación en las ganancias, sujeta a los resultados del ejercicio económico de la empresa a que pertenecen", según consta en el expediente 1745-D-2014.
Otros, aunque menos inquietantes, preocupan porque podrían provocar un aumento en los costos o un incremento en la litigiosidad de los empleados, como es el caso de la modificación del cómputo del preaviso de despido para mujeres o el cambio para que los despidos por actos considerados como delitos sólo pueda realizarse con una sentencia judicial firme.
Durante años, el modus operandi del Gobierno fue el mismo: dejó que sus legisladores más combativos agitaran los proyectos en los debates de comisión y, cuando se sentaba a negociar con el empresariado, acababa por frenarlos.
Pero en esta ocasión entran a jugar dos factores que aún se desconoce qué efecto tendrán: por un lado, diputados que responden a La Cámpora tomaron interés personal en algunos de los proyectos. Esta tarde, por ejemplo, comenzará a debatirse en comisión una propuesta de Andrés "Cuervo" Larroque para regular el empleo en los call centers. Por el otro, la futura retirada del kirchnerismo del Gobierno hace temer a algunos que puedan tomar medidas de corte populista para garantizarse dejar el poder con una buena imagen entre la ciudadanía.