"A partir del 9 de junio, en todos los mercados en los que la Xbox se vende, propondremos la Xbox One a partir de u$s399", indicó Phil Spencer, responsable de la división Xbox.
Este precio pone a la Xbox One al nivel de la PS4, que también salió al mercado en noviembre pasado pero que hasta ahora se vendió mejor.
Microsoft había anunciado a mediados de abril que había vendido más de 5 millones de Xbox One desde su lanzamiento. Pero Sony informó en la misma época que había vendido más de 7 millones de unidades de su PS4.
Una de las explicaciones que dieron los expertos sobre el retraso de la Xbox One era su precio: la consola de Microsoft costaba un mínimo de u$s499, es decir u$s100 más que la PS4.
Los compradores tendrán ahora la opción de comprar la Xbox One con o sin Kinect por u$s499 o u$s399, respectivamente.
Para quienes opten por la versión más económica y temen arrepentirse luego, Microsoft anuncia también que venderá a partir del tercer trimestre de este año un sensor Kinect independiente para la Xbox One.
"Kinect sigue siendo una parte importante de nuestra visión", insistió Spencer, quien señaló que más del 80% de sus usuarios usaban el Kinect en forma activa con "un promedio de 120 comandos vocales por mes en cada consola".
Microsoft indicó asimismo que cualquier jugador de Xbox One podrá acceder a las aplicaciones de Xbox Live de forma gratuita, sin necesidad de contar con una suscripción paga de Xbox Gold. Para jugar en línea los usuarios tendrán que seguir pagando.
Además, ofrecerá a los suscriptores Gold el acceso desde Xbox One al programa Games Week Gold, que regala cada mes un videojuego.