La presidente de Brasil, Dilma Rousseff reconoció los problemas causados por un alza en la inflación. Sin embargo, sostuvo que los precios estan bajo control y que no hay posibilidades de que Brasil sufra una crisis en 2015, como afirma la oposición.
"Es absurda esta historia de decir que va a explotar todo en 2015. Es ridicula", dijo la mandataria en una cena con periodistas brasileñas. También agregó que "Brasil es un país solido, con estabilidad económica una industria sofisticada, muy atractiva para el capital internacional".
En los últimos doce meses, la inflación aumentó un 6,15%, muy cerca del límite aceptado por el Gobierno, que en 2006 puso como meta una tasa de inflación anual del 4,5% con un margén de dos puntos porcentuales para cada lado, informa América Economía.
Además, criticó la propuesta de ciertos miembros de la oposición de bajar la meta de inflación al 3%, lo que causaría un aumento del desempleo del 5% al 8,2%, según Rousseff, que sugirió continuar haciendo "inversiones sociales y en infraestructuras".