La suspensión de operarios se volvió moneda corriente en las fábricas de automotores y autopartes. Todos los días, las plantas deciden aplicar nuevas licencias a mayor cantidad de personal y recortar la producción.
El fenómeno empezó primero por un factor externo. La caída de la demanda desde Brasil, hacia donde gran parte de la producción se destina, operó como causa gatillo del reflujo de la actividad. Luego, necesitado de más dólares y de un impulso a las exportaciones, el Gobierno aplicó la devaluación del 21% del peso nacional. La depreciación de la moneda encareció a los vehículos de manera sensible. Y sucedió lo previsible: los consumidores locales decidieron no comprar este tipo de bienes durables.
Según las cifras que maneja el gremio de mecánicos (SMATA), son 12 mil los obreros de terminales y fábricas autopartistas con suspensiones y licenciamientos parciales, publicó hoy el diario Ámbito Financiero. El número está en sintonía con las ventas de los cero kilómetro que, sólo en abril, se desplomó un 35% en comparación con igual período de 2013.
Durante el primer cuatrimestre, la caída de las ventas significó una retracción del 18 por ciento, de acuerdo a los datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA). La tendencia contrasta con el pico histórico logrado el año pasado, cuando el mercado colocó 955.000 vehículos.
La merma en la producción afecta de manera directa a los salarios obreros. A cambio de mantener las fuentes de trabajo, el Smata aplicó en los últimos años el "mal menor" de acordar el pago del 75% de los sueldos en las plantas que se vean forzadas a reducir o eliminar total o parcialmente la jornada laboral de los trabajadores.
Sin embargo, ya empieza a sugerirse que se aplique un ajuste mayor a las remuneraciones ante la crisis de la actividad. En la planta de Peugeot-Citroën de la localidad bonaerense de Villa Bosch, la multinacional pagará el 65% de los haberes a los 1000 operarios suspendidos del turno tarde, que estarán en esa condición por tiempo indeterminado. Mientras dure esa medida, los afectados recibirán cursos de capacitación en el instituto técnico de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
Cada día, una nueva empresa decide proteger sus ganancias trasladando el costo hacia los trabajadores. Es el caso de la fábrica de camiones Iveco del grupo Fiat, que desde hoy suspendió por seis días a la mayoría de los 600 obreros que trabajan en su planta de Córdoba como forma de acotar la producción. La decisión ejecutiva se prolongará hasta el miércoles 15, señalaron fuentes gremiales. Medidas similares se vienen ejecutando desde fines del año pasado en otras terminales insignia, como las de Renault, Volkswagen, entre otras.
Mientras tanto, los empresarios y sindicatos esperan del gobierno nacional una respuesta al pedido que realizaron de manera conjunta semanas atrás, cuando le solicitaron un plan para reducir las tasas de interés para la compra de automotores. Es que si no llegaran a aplicarse políticas que estimulen la demanda, consideran que el escenario se agravará desde junio y los próximos meses.
Pese a estas insinuaciones, reina el pesimismo en el sector privado. Una encuesta del Centro de Estudios Económicos (Ceu) de la UIA, realizada entre más de 300 compañías, reveló que los industriales vislumbran una economía en franco decrecimiento este año, que significará no más creación de nuevos puestos de trabajo y un panorama de despidos en el sector automotriz.