El ex presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, arremetió contra la prensa de su país, a la que calificó como "el mayor partido de oposición" y defendió con vehemencia a sus correligionarios del Partido de los Trabajadores (PT) presos por delitos de corrupción.
Las declaraciones fueron realizadas durante el XIV Encuentro Nacional del PT, que se celebró en San Pablo la noche del viernes.
Según reportan el sábado medios locales, el ex mandatario defendió en su discurso a los históricos líderes izquierdistas, como su ex jefe de Gabinete José Dirceu, el ex presidente del partido José Genoino, el ex tesorero Delubio Soares y el ex diputado Joao Paulo Cunha.
"Parece que hay algo contra Dirceu, Genoino, Joao Paulo y Delubio. La persecución es a nuestro partido"
"Parece que hay algo contra Dirceu, Genoino, Joao Paulo y Delubio. La persecución es a nuestro partido", aseveró respecto a sus correligionarios, presos en el penal de Papuda, en Brasilia, condenados a largos años de cárcel por comandar una red de pago de sobornos a legisladores durante su primer gobierno.
A su vez, se refirió a los medios brasileños, a los que acusó de ser "el principal partido de oposición" y consideró que las denuncias de corrupción e irregularidades que han asolado en las últimas semanas a la estatal Petrobras son "un intento de la élite brasileña de destruir la imagen de la empresa que durante tantos años fue motivo de orgullo para el país".
Petrobras está en el ojo de la tormenta por la cuestionada compra de una refinería en Estados Unidos, que la empresa aprobó en 2006 cuando la propia Rousseff lideraba el consejo directivo de la compañía. El Senado investigará esta adquisición, ya que la empresa terminó pagando más dinero del proyectado originalmente. Además, se investigará la detención de un ex director del organismo señalado por estar involucrado en una gran red de lavado de dinero.
Sobre lo que sucede con Petrobrás se refirió también Rousseff, quien habló después de que el presidente del partido, diputado Rui Falcao, la ratificara como precandidata para las elecciones nacionales del próximo 5 de octubre, cuando buscará la reelección.
"El gobierno del PT es el que más combatió la corrupción en Brasil. Se investigaba muy poco en el pasado, ahora abrimos los cajones e investigamos todo. Lo que avergüenza al país no es
investigar la corrupción, sino esconder debajo de la alfombra, como se hacía antes", dijo la presidenta.
"El gobierno del PT es el que más combatió la corrupción en Brasil"
El eje del encuentro nacional de este año fue la formalización de la precandidatura de Rousseff, cuya imagen de cara a las elecciones presidenciales de este año, atraviesa un momento crítico.
Además de las denuncias de corrupción en la mayor empresa estatal del país, la popularidad y los índices de intención de voto de la presidenta vienen mermando progresivamente, entre otros motivos por el estancamiento de la economía y el alza de la inflación.
Antes de las elecciones Rousseff deberá atravesar la dura prueba del Mundial de Fútbol, que se celebrará en el país entre junio y julio de este año.
Además del desafío deportivo, la Copa preocupa al gobierno petista por la amenaza a la seguridad que podría representar una nueva ola de movilizaciones y protestas contra los gastos excesivos en el evento. Las favelas de Río han sido en los últimos días epicentro del conflicto entre grupos del narcotráfico que amenazan con sembrar el miedo, y la policía.
Esto ha llevado a que varios partidos aliados promuevan una suerte de rebelión, aprobando en el Congreso iniciativas contrarias a los intereses del Ejecutivo, e incluso reforzando el movimiento "Vuelve, Lula", una campaña que corre entre bastidores en Brasilia y que intentó ser sepultada implícitamente durante el encuentro del partido.
De acuerdo con ellos, el ex presidente Lula se encuentra "más preparado" para enfrentar el momento difícil que atravesará el país este año, y por eso debería ser él y no Rousseff la cabeza del PT y quien compita por la presidencia.
Sin embargo, el ex mandatario se encargó de echar por tierra esta posibilidad: "Hay que dejar de imaginar que existe otro candidato que no sea la presidenta Dilma Rousseff".
"Si jugueteamos con esa idea los adversarios se aprovechan. No podemos perder energía con eso porque no tendremos una campaña fácil", advirtió.