El estadounidense Floyd Mayweather derrotó hoy al argentino Marcos Maidana en una igualada pelea celebrada en Las Vegas que unificó el título de campeón de boxeo de los pesos welter.
Mayweather se impuso por decisión mayoritaria de los jueces -dos a su favor y un empate-, por lo que retiene la corona y amplía también su récord como profesional a 46 triunfos sin derrota. Las tarjetas que entregaron Burt Clements y Dave Moretti fallaron a favor del norteamericano por 117-111 y 116-112, respectivamente, en tanto que Michael Pernick dio una igualdad en 114.
"Él es un campeón y yo también, sabía que iba a ser una dura pelea", afirmó Mayweather, que enfrentó quizás su combate más complicado de los últimos años.
El nortemericano tuvo que soportar los silbidos de una gran parte de la afición del MGM Grand de Las Vegas, en desacuerdo con la decisión de los jueces. "Si los aficionados lo quieren ver de nuevo, lo podemos hacer de nuevo", dijo Mayweather sobre una posible revancha en septiembre.
"Pienso que la gané", dijo Maidana, convencido del triunfo. "Nunca le pegó a un hombre como yo. Todos lo respetaron o tuvieron miedo", dijo el argentino."La mayoría (de los asaltos) los dominé yo. La revancha se la tengo que dar yo, porque yo le gané", afirmó envalentonado.
"Sí, se la doy, no le tengo miedo, ¿por qué no se la voy a dar?", dijo el argentino tras la derrota más dulce de su carrera.
Y es que el invicto Mayweather era el gran favorito. El boxeador y "showman" estadounidense entró al cuadrilátero, como es habitual, acompañado del rapero Lil Wayne, del cantante Justin Bieber y de un grupo de personajes del circo.
Tras el espectáculo, la pelea
Maidana empezó el combate como un ciclón. En el primer asalto lanzó 100 golpes, de los que sólo un 26 por ciento impactó en su rival.
Mayweather, fiel a su estilo, se defendía con pericia y lanzaba menos los brazos, pero con más
acierto.
El argentino, púgil de gran pegada, sabía que para derrotar al invencible tenía que ser agresivo, bombardearlo con una batería de golpes y lo hizo durante buena parte del combate, arrinconando a Mayweather en las cuerdas.
El estadounidense sangraba por la ceja al final del cuarto asalto, reflejo de un sufrimiento que no había experimentado con sus últimos dos oponentes."¡Chino, Chino!", cantaba la afición argentina del MGM Grand de Las Vegas, dando a la velada un ambiente de partido de fútbol.
El entrenador de Maidana, desde la esquina, lo alentaba diciéndole que estaba ganando la pelea, opinión compartida por los expertos. Mayweather se veía obligado a ser más agresivo para darle la
vuelta y encontró varios "uppercuts" en el sexto asalto.
La frecuencia de golpes de Maidana decayó con el paso de los minutos. Mayweather, mejor en defensa, equilibró el combate y con precisión y sin prisa fue erosionando poco a poco la resistencia del argentino, sobre todo en el séptimo asalto.
En el noveno, el acierto del estadounidense era de un 55 por ciento por el 25 del argentino, pero los golpes lanzados eran más del doble (733 por 345), por lo que la pelea seguía abierta e igualada.
En el undécimo, el estadounidense hincó la rodilla, pero fue más por un empujón que por un golpe de Maidana. Al final del duodécimo y último, ambos levantaron los brazos como ganadores, reflejo de lo cerrado de la pelea. Mayweather conectó al final nueve golpes más que Maidana.
Los jueces tenían que decidir y lo hicieron a favor del multicampeón, que sigue invicto pero que
sufrió como nunca.
La reprobación del público provocó la ira del campeón
Al término de la pelea, cuando los boxeadores y sus equipos volvían camino a los vestuarios, el grupo de Floyd Mayweather agredió verbalmente al de Marcos Maidana e incluso hubo corridas y algunos golpes sin destino pero finalmente todo se diluyó. El rechazo absoluto del público a la decisión de los jueces ante la sensación de un fallo injusto provocó la violenta reacción de la esquina del norteamericano, que por momento se vio superado por el "Chino".