La carrera hacia las elecciones 2015 ya comenzó. Todos los partidos de la Argentina hacen cuentas, diagraman estrategias y analizan posibles escenarios para prepararse de cara a la que promete ser la campaña más peleada de la última década. A 16 meses de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), la última encuesta que Raúl Aragón & Asociados realizó para Infobae deja a cada uno de los candidatos principales con al menos un motivo para la ilusión y otro para la preocupación.
Sergio Massa sigue al frente con una intención de voto de 24,77% en todo el país. Pero desde que ganó la elección legislativa en la provincia de Buenos Aires, los números de su proyección presidencial se estancaron en su territorio e incluso se redujeron en regiones como la Capital Federal. Daniel Scioli pudo por eso reducir la diferencia a menos de siete puntos porcentuales y alcanzó el 17,95 por ciento.
El gobernador bonaerense fue el único candidato del Frente para la Victoria que fue medido en la encuesta nacional realizada con 3.003 casos repartidos de manera proporcional según sexo, edad, región y nivel socioeconómico. "Cuando uno hace un escenario electoral, trata de hacerlo lo más parecido a lo que uno se imagina va a ser en la realidad. Es posible que (Florencio) Randazzo, (Juan Manuel) Urtubey o (Sergio) Urribarri jueguen en las PASO contra Scioli. De todas maneras, ese es un voto kirchnerista que se le resta a Scioli y va para uno de esos candidatos, pero en la primera vuelta indudablemente volvería a él", explicó Aragón a Infobae.
El ex motonauta no fue el único que creció en los sondeos: Mauricio Macri recibió la adhesión del 15,92% de los encuestados y ya amenaza al candidato kirchnerista. En los últimos meses, el líder del PRO logró una suba moderada pero constante que le permitió consolidar su tercer puesto. Ahora está a tan sólo dos puntos de diferencia del segundo.
"Macri está creciendo. Su gestión está en los medios nacionales, que lo instalan a nivel país. No sé si su gestión es buena o mala, pero tiene mucha visibilidad", analizó Aragón. Tanto él como Scioli se vieron beneficiados por lo que el encuestador definió como un "tono muy mesurado" que responde a una "demanda social por un liderazgo sereno, dialoguista, previsible y estable".
El caso más complicado para el análisis es el del flamante Frente Amplio Unen. Sus principales candidatos, Hermes Binner y Julio Cobos, quedaron en el sondeo con una virtual igualdad: el radical registró una intención de voto de 10,08 por ciento y el socialista logró 10,05 por ciento. "Este empate técnico también lo confirmó hace unos días un colega nuestro, Federico González. A él le dio un empate técnico exacto también. La pregunta es si estos dos 10% se suman. Si se suman, serían la segunda fuerza de la primera vuelta", evaluó el titular de Aragón & Asociados.
Las PASO son una herramienta prácticamente nueva que dificulta predecir el comportamiento de los votantes. Aunque fueron utilizadas en las últimas dos elecciones, recién en 2013 hubo una competencia seria entre candidatos nacionales con posibilidades. Las dos experiencias más relevantes – la de UNEN en la Ciudad de Buenos Aires y la de Compromiso Federal en San Juan – sugieren que no se pueden sumar los sufragios que cada lista obtiene en las primarias. Ambas fuerzas fueron las más votadas en agosto, pero en octubre resultaron superadas por el PRO y el Frente para la Victoria, respectivamente. Una interpretación posible es que la ciudadanía se inclina más por votar candidatos que por partidos políticos. Habrá que ver si el comportamiento de las legislativas se repite en las presidenciales.
¿Una alianza antiperonista?
El Frente Amplio Unen realizó la semana pasada su presentación formal en sociedad en el escenario del teatro Broadway. En las plateas, el tema excluyente fue la posibilidad de sumar al PRO para consolidar una gran alianza electoral y hacer frente a las dos ramificaciones del justicialismo que conducen Scioli y Massa. La iniciativa tiene como principales impulsores a Elisa Carrió y el radical Oscar Aguad. ¿Su propuesta? Que Macri se presente en las primarias con una lista propia dentro del espacio. Enfrente, parte del socialismo y Libres del Sur se niegan a convalidar su ingreso.
Si ya es difícil predecir el comportamiento del electorado luego de unas primarias entre Binner y Cobos, un eventual ingreso de Macri complejiza aún más la proyección. "No es que suman su intención de voto y da 36% – indicó Aragón – De ninguna manera es una suma matemática. No creo que el ala más extrema del socialismo vote a Macri. Seguramente se caiga y vote por opciones de izquierda tradicional como el Partido Obrero. De todas maneras, la suma de Macri, aunque sea sólo con el radicalismo, sería un problema muy serio para Scioli y bastante serio para Massa".
Para el encuestador, un posible duelo entre los tres candidatos es un escenario más sencillo de proyectar: si el radical y el socialista se presentan separados a las PASO, el jefe de Gobierno porteño está en condiciones de ganarles, de acuerdo a las cifras del último sondeo. "Pero si cualquiera de los dos se baja y apoya al otro, sucede que Macri se enfrenta con un problema serio que es el aparato radical. Un aparato mucho más poderoso que el que tiene construido él hasta el momento", advirtió.
El PRO tendrá en ese caso el mismo inconveniente que todos aquellos que minimizan la política tradicional y el trabajo en el territorio: por falta de fiscales, su intención de voto corre el riesgo de no verse reflejada en boletas dentro de las urnas. "La única opción que le queda ahora a Macri – porque en términos de estructuras grandes ya no le quedan más opciones – es aliarse con algún sector del sindicalismo opositor. Sea Hugo Moyano o el "Momo" Venegas, que tienen estructuras nacionales y podrían suplir este déficit de aparato que tiene Macri", sugirió Aragón.
Meses antes de las elecciones 2011, el radicalismo realizó un giro a la derecha, rompió su alianza con el Partido Socialista y se alió con Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires. La jugada no salió como esperaban: el Frente Amplio Progresista, con Binner a la cabeza, superó a Ricardo Alfonsín en los comicios presidenciales de octubre.
El factor peronista
Cada vez que un candidato radical llega con chances de competir por la Presidencia, muchos justicialistas sonríen con sorna: hace más de 85 años que un dirigente de la UCR no consigue terminar su mandato, sea por golpes militares o por renuncias anticipadas. Pero, según la encuesta de Aragón, esa cruz no está presente en el electorado: el 64,8% de los consultados consideró que puede gobernarse la Argentina sin el apoyo del peronismo, mientras que apenas el 24,6% opinó lo contrario.
"Indica tal vez una sociedad más estable y madura. Habría que hacer un análisis mucho más fino. Pero no está el temor a la inestabilidad que puede provocar el peronismo. También hay que decir que el peronismo por lo menos desde la vuelta de la democracia no fue desestabilizante con ninguno de los dos gobiernos que no eran peronistas. Si bien a (Raúl) Alfonsín le hicieron una cantidad de paros gigante, nunca forzaron su salida anticipada. En el caso de (Fernando) De la Rúa, fueron directamente sus errores. No fue el peronismo el que lo desestabilizó. Por ahí la idea de que se puede gobernar sin el peronismo tiene cierto asidero histórico", consideró el encuestador.
El sondeo indagó también en la relación entre el oficialismo y el movimiento fundado por Juan Domingo Perón. Aunque la gran mayoría de los funcionarios, diputados, senadores, gobernadores e intendentes del Frente para la Victoria pertenecen al PJ, el 53,3% de las personas consultadas aseguró que el kirchnerismo no es peronismo. El 38% opinó lo contrario En las respuestas, se observa una notable diferencia entre los jóvenes y los más viejos. Quizá porque convivieron con menos gobiernos, el 43% de los consultados de entre 18 y 35 años dio una respuesta afirmativa. En la franja de 56 años o más, ese porcentaje se desploma hasta 28,20 por ciento.
"¿Usted diría que el peronismo se está terminando?", fue la última pregunta del apartado. Otra vez, las respuestas estuvieron polarizadas: 52,5% consideró que el movimiento seguirá con vida y 41,7% le vaticinó poco futuro. A seis meses de que se cumplan 68 años del 17 de octubre de 1945, los dos candidatos con mayor intención de voto son dirigentes de origen justicialista. Al menos por ahora, el peronismo parece lejos de haber finalizado.