"El clima en Colombia está enrarecido porque estamos a un mes de las elecciones y aún no hay claridad. Los medios dicen que Santos lidera las encuestas y a la gente en el exterior le da la sensación que ya ganó, pero la verdad es que desde hace 8 meses está en menos de un 30% de los votos y cayendo", señaló Javier Loaiza, analista político colombiano y asesor de diversos candidatos a la Presidencia y el Congreso.
Loaiza sostiene que el mandatario Juan Manuel Santos no tiene nada asegurado y sobre todo cuando, desde hace más de un año, alrededor de un 70% de la población ha dicho que no está dispuesta a ir por la reelección.
"No hay Santos 2. La gente no lo detesta pero tampoco quiere votarlo", consideró el especialista durante una exposición de CADAL en Buenos Aires. "En la historia del país nadie ha tenido tanto poder acumulado como Juan Manuel Santos. Es un hábil jugador de cartas y logró construir un capital político, económico y mediático muy fuerte para hacer lo que se le dé la gana. Pero no fue capaz de resolver cuatro temas fundamentales y urgentes: las reformas de la justicia, de la educación, de la salud y del sistema pensional", explicó.
Los comicios del próximo 25 de mayo en Colombia presentan un escenario complejo. A un mes de que se abran las urnas, aún no hay un rival viable que pueda derrotar al actual presidente ya que la oposición cuenta con al menos tres candidatos que rondan el 10% en las encuestas.
Además hay una intención de voto en blanco que llega al 30%. Y esto preocupa a los partidos políticos debido a la reforma aprobada en 2011 por la Corte Constitucional donde se determinó que si el sufragio vacío supera la cantidad de votos validos, hay que repetir las elecciones y ninguno de los candidatos que aspiraban al cargo puede volver a competir.
"También está el tema del diálogo con las FARC, donde la gente quiere paz pero no que se haga concesiones con la guerrilla. Nadie en Colombia quiere que sigan los asesinatos y los secuestros ni que vuelen los hospitales. Por eso en 2002 la gran mayoría dedujo que tenían secuestrado al país y votó masivamente a Álvaro Uribe, en quien vieron una actitud firme al presentarse como el primer soldado de la nación", recordó Loaiza.
En cuanto al proceso que inició Santos con las FARC, Loaiza consideró que el punto central es que "están negociando para no negociar". Declaró que el modo de conversación en La Habana es que "nada está acordado hasta que todo esté acordado" y esa condición es un absurdo en el cual el gobierno se dejó caer.
"Santos cree que va a ganar y va a sacar 4 millones de votos, de 14 millones. Pero la abstención va a ser mayor al 50%. Y del otro lado hay tres candidatos que podrían sacar 2,5 millones de votos cada uno: Marta Ramírez, del Partido Conservador, Enrique Peñalosa, del Partido Verde, y Óscar Iván Zuluaga, del uribismo".
"Ramírez y Zuluaga harían una coalición inmediatamente después de la primera vuelta"
Loaiza, quien fue asesor en la Secretaría Privada del ex mandatario Andrés Pastrana, afirmó que Santos pasará en la primera vuelta y los que vienen atrás estarán tan parejos que al final entrará aquel que tenga un voto de más. "El problema de Santos es que no tiene mucho más para dar porque hay un 70% que no quiere la reelección. Y Ramírez y Zuluaga harían inmediatamente una coalición y ya quedarían empatados", advirtió.
Y agregó: "A Peñalosa le hicieron jurar que no aceptaba el apoyo de Uribe, pero como es muy mal político es posible que ceda a una alianza. Eso implica que lo tilden de traidor o mentiroso, pero si quiere quedarse solo tiene pocas posibilidades de ganar".
En las últimas cinco elecciones presidenciales de Colombia el factor determinante ha tenido que ver con las FARC. "Pastrana los derrotó políticamente. Luego Uribe dijo que los iba a golpear y se estima que la guerrilla quedó reducida a una tercera parte de lo que era". Entonces, con ese panorama en el cambio de mando, Santos decidió cambiar el rumbo y se planteó volver a la búsqueda de un acuerdo.
"Cualquiera de los candidatos que gane, si es inteligente, va a seguir las conversaciones. Pero no sé si las FARC van a querer continuar porque hay una particularidad y es que, históricamente, cuando llegaba un nuevo gobierno, la guerrilla celebraba que entrara una personalidad distinta y que posibilite las condiciones para la paz. Pero hace 40 años que ocurre eso. Y el peor enemigo de una negociación es el tiempo", concluyó.