El líder de Corea del Norte convulsionó la base militar de Kangwon. Llegó sorpresivamente y las mujeres soldados estallaron de emoción al verlo. Lo rodearon, intentaron tocarlo y lloraron histéricas sin poder creer que su ídolo estuviera allí con ellas. Al menos, esa es la información oficial sobre la visita.
La dictadura de Kim Jon-un demuestra, una vez más, el manejo mediático de su líder. Fue el propio Gobierno, a través del diario oficial del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea, quien difundió las imágenes. Como todo lo que sucede allí, nada se publicita sin control comunista.
En esta oportunidad, el dictador aparece viril y fuerte frente a su pueblo. Esta vez eligió la adoración femenina.
Meses atrás comenzó a forjarse la fama de duro: ejecutó a su novia por participar de un "video clip promiscuo", en diciembre pasado tiró a su "tío traidor" a una jauría de perros para que fuera devorado. Días después, la tía corrió igual suerte. Más tarde decidió fusilar a 200 funcionarios y mató con un lanzallamas a un viceministro. Como las fotos de las soldados groupies, los castigos suelen ser en público para adoctrinar.
Kim Jong-un, en el poder desde diciembre de 2011 tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, sigue alimentando el mito.