El Alto Mando de las Fuerzas Armadas anunció, este jueves, el retiro obligatorio de 702 suboficiales y sargentos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. La decisión fue tomada a consecuencia de la huelga que realizan soldados de bajo rango para reclamar un trato igualitario en el sector.
"Los Comandos del Ejército, la Fuerza Aérea Boliviana y la Armada Boliviana han dispuesto el RETIRO OBLIGATORIO de las Fuerzas Armadas, del personal de Suboficiales y Sargentos que deliberadamente faltaron a sus puestos de trabajo, cometiendo actos de SEDICIÓN, MOTÍN, REALIZAR ACCIÓN POLÍTICA Y ATENTAR CONTRA LA DIGNIDAD Y HONOR DE LAS FUERZAS ARMADAS EN FORMA COLECTIVA (sic)", señaló un comunicado emitido en la tarde del jueves por el Comando en Jefe de las FFAA.
Esta baja se suma a otras 13 que fueron anunciadas entre el lunes y el miércoles, que incluyeron a los principales cabecillas de la protesta militar que comenzó el 3 de abril.
Algunos de los suboficiales movilizados, enterados del retiro obligatorio masivo por los medios de comunicación, anunciaron que tomarán decisiones una vez que conozcan formalmente esta decisión. "No hemos recibido nada oficial, pero nos reuniremos esta noche para evaluar lo que ha ocurrido y tomar decisiones", declaró uno de ellos, según un artículo de La Razón.
"No puede ser que den de baja a nuestros hermanos sólo por exigir sus derechos, masificaremos la protesta si no son restituidos", advirtió el dirigente indígena Samuel Coarite, quien encabezó la marcha en La Paz este jueves.
Nueve militares, entre suboficiales y sargentos, fueron dados de baja el miércoles por liderar la protesta, que el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, calificó de "indisciplina" sin precedentes. Entre los despedidos, dos pertenecen al pueblo aymara de Coarite.
El jueves se duplicaron, por lo menos, a un millar los militares que salieron a marchar, esta vez en traje de combate, con la cara pintada y desde la vecina ciudad de El Alto hasta las calles céntricas de La Paz, en medio de la simpatía de los transeúntes.
Unos veinte dirigentes aymaras ataviados con ponchos rojos encabezaron la protesta. En la retaguardia marcharon esposas de militares. Un centenar de ellas mantienen una huelga de hambre desde hace cuatro días en varias ciudades en apoyo al movimiento, dijo a la agencia AP Sandra López, dirigente de las esposas. Las huelguistas no han sufrido, hasta ahora, graves problemas de salud debido al ayuno, aseguró López.
La protesta de suboficiales y sargentos parece ganar apoyo entre las organizaciones sociales, a pesar de que Saavedra dijo que sólo un 8% está en huelga de los casi 10.000 efectivos de bajo rango.
Los militares dicen que, en los cuarteles, sargentos y suboficiales no pueden usar los mismos sanitarios que los oficiales, tampoco tienen acceso a los mismos salones; que el traje de ellos es de una tela barata y el de los oficiales es de mejor calidad. Tampoco pueden aspirar a cursos de posgrado en las mismas condiciones y hasta la atención médica en hospitales militares es preferente para los oficiales.
Saavedra dijo, la víspera, que esa situación está cambiando y que desde 2015 sargentos y suboficiales accederán a becas para estudiar en las mismas condiciones que los oficiales. Los oficiales se forman en la academia militar mientras que los suboficiales lo hacen en la escuela de sargentos.
Los manifestantes han pedido reunirse con Evo Morales, capitán general de las Fuerzas Armadas, pero el mandatario ha evitado hasta ahora referirse al conflicto.
La Constitución aprobada por Morales en 2009 consagra un estado plurinacional con igualdad de derechos para todos, pero sargentos y suboficiales -que en su mayoría son de origen indígena o de estratos populares- aseguran que los cambios no llegaron a los cuarteles, no obstante los estrechos vínculos del mandatario con los jefes militares. En la protesta no participan soldados rasos, quienes no reciben un salario del Estado y suman poco más de 20.000, mientras que los oficiales en sus diversos grados son unos 10.000.