Un grupo de importantes naciones desarrolladas respaldará la idea de aplicar más sanciones contra Rusia si Moscú intensifica la crisis en Ucrania, dijo el viernes el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew.
"Hay una fuerte y amplia unidad en el G7 para aumentar las sanciones y los costos en respuesta a una intensificación de las acciones por parte de Rusia", declaró Lew en una conferencia de prensa, haciendo referencia al G7 formado por los países industrializados líderes.
El G-7 incluye a Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido. Funcionarios de alto rango del grupo se reunieron el jueves en Washington y discutieron la situación en Ucrania en detalle, dijo Lew.
"En una discusión que se prolongó por bastante tiempo en la sala, no hubo discrepancias en la sala sobre que era esencial que existiera unidad al tomar las medidas si fuese necesario", declaró.
Los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de todo el mundo se reúnen en Washington por los encuentros de primavera del Fondo Monetario Internacional.
Estados Unidos y Europa han aplicado sanciones contra Rusia en respuesta a la anexión de Crimea por parte de Moscú, que hasta hace poco era parte de Ucrania.
Castigos para los separatistas crimeos
Estados Unidos anunció este viernes nuevas sanciones económicas contra seis líderes separatistas crimeos, un exfuncionario ucraniano y una empresa gasística de Crimea por sus "violaciones" a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
En un comunicado, el Departamento del Tesoro explicó que, como resultado de las sanciones, sus activos en Estados Unidos quedarán congelados y las transacciones con estadounidenses prohibidas.
"Crimea es territorio ocupado. Continuaremos imponiendo costos a aquellos involucrados en violaciones a la soberanía de Ucrania y su integridad territorial", afirmó el subsecretario estadounidense del Tesoro para el Terrorismo y la Inteligencia financiera, David Cohen.
Los líderes separatistas crimeanos sancionados son el jefe del servicio de Seguridad, Pyotr Zima; el alcalde de Sebastopol, Alekséi Chaliy; el vicepresidente del Consejo de Ministros, Rustam Temirgaliev; el consejero de la Rada, Yuri Zherebtsov; el presidente de la Comisión Electoral de Crimea, Mijáil Malyshev, y el presidente de la Comisión electoral de Sebastopol, Valery Medvedev.
Conferencia de activistas prorrusos que mantienen ocupado un edificio de los servicios secretos en Lugansk
También fueron sancionados por el Tesoro estadounidense el ex funcionario ucraniano Serguéi Tsekov y la empresa Chernomorneftegaz.
Los sancionados son "responsables o cómplices o estaban involucrados en acciones o políticas que minan los procesos o instituciones democráticas en Ucrania", detalló el Departamento del Tesoro.
Asimismo, denunció que habían "amenazado" la paz, seguridad, estabilidad e integridad territorial de Ucrania, habían "malversado" activos estatales o habían reivindicado autoridad gubernamental sin autorización del Ejecutivo ucraniano.
Continúa la tensión
El primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk viajó este viernes a Donetsk para intentar buscar una salida a la insurrección de miles de activistas prorrusos en el este del país, una situación que agudiza la tensión entre Rusia y Occidente.
Para intentar rebajar la misma, la peor crisis tras la Guerra Fría, el 17 de abril tendrá lugar en Ginebra una reunión cuatripartita, con la participación de Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), anunció el viernes el departamento de Estado norteamericano.
Precisamente, su responsable, John Kerry, viajará a Ginebra para "continuar los esfuerzos para una 'desescalada' de la situación y encontrar una vía diplomática".
Asimismo, los países del G20 evocaron con prudencia la crisis en Ucrania durante su reunión el viernes en Washington, y advirtieron que están a "atentos a todos los riesgos" que representa para la estabilidad económica mundial.
En el terreno, activistas armados, ocupan desde el domingo la sede de la administración regional en Donetsk y el de los Servicios de Seguridad (SBU) en Lugansk, una ciudad ubicada a unas decenas de kilómetros de la frontera rusa.
El presidente ruso Vladimir Putin ha prometido proteger "a cualquier precio" a la población rusa de los países de la ex-Unión Soviética y ha movilizado en la frontera con Ucrania a cerca de 40.000 soldados, según la OTAN, que teme una invasión y aseguró este viernes que hay que tomar "medidas suplementarias" de seguridad.
A pesar de que el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, amenazó a los separatistas con expulsarlos a la fuerza si no deponen las armas, el primer ministro intentó este viernes negociar con los prorrusos.
El primer ministro ucraniano prometió "equilibrar el poder entre el poder central y las regiones" y se comprometió a no modificar "bajo ningún pretexto" las leyes que garantizan el estatuto de las lenguas distintas del ucraniano.
Pero los separatistas, con el apoyo de Moscú, quieren convertir Ucrania en una federación, algo que rechaza el gobierno proeuropeo de Kiev que lo considera el paso previo a la disolución del país.
Yatseniuk no tuvo ningún contacto directo con los insurgentes, pero Rinat Ajmetov, el hombre más rico del país que durante años apoyó al poder prorruso en Ucrania, participó en las discusiones y ya ha actuado como intermediario.
Kiev y Washington acusan a los servicios especiales rusos de estar detrás de los insurgentes, pero el ministro ruso de Relaciones Exteriores aseguró el viernes que Moscú no tiene "ni agentes ni militares" en la región. Lavrov denunció además "la incitación a sentimientos antirrusos" que "amenaza de manera evidente la estabilidad de Europa".
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo luego que teme una "escalada" rusa, lo que conduciría a nuevas sanciones contra Moscú.