La oferta fue dada a conocer pocas horas antes de que se cumpla el ultimátum lanzado el miércoles por el ministro del Interior ucraniano, Arsen Avakov, que le daba 48 horas a los separatistas que ocupan un edificio de los servicios de seguridad en la ciudad de Lugansk, y la sede del Gobierno en Donetsk para que los abandonen.
Pero este jueves el presidente Turchinov abrió la puerta a una salida negociada. "Si deponen las armas y liberan los edificios administrativos, [...], garantizamos que no habrá ninguna acción judicial. Estoy dispuesto a firmar un decreto presidencial" en este sentido, dijo durante una sesión del Parlamento.
Los activistas armados prorrusos quieren organizar referéndums en esta región, donde la mayoría de la población es de lengua y cultura rusas, similares a los que llevaron el mes pasado a la anexión de Crimea a Rusia.
El presidente interino Turchinov, que llegó al poder tras la destitución en febrero del presidente prorruso Víktor Yanukóvich y que Moscú considera ilegítimo, le dijo a los diputados que es posible encontrar una solución pacífica.
Los diputados prorrusos del Parlamento, en minoría, propusieron una ley para amnistiar a los separatistas, pero ésta fue rechazada por la mayoría de la cámara, compuesta por partidos proeuropeos.
"Si deponen las armas y liberan los edificios de la administración no necesitamos adoptar ninguna ley", dijo Turchinov.
El presidente ucraniano también prometió reforzar el poder de las administraciones locales, que hasta ahora nombra Kiev. Sin embargo, los separatistas, con el apoyo de Moscú, piden una revisión de la Constitución para crear una federación.
Vladimir Putin reafirmó el miércoles su idea de convertir a Ucrania en una federación donde las regiones del este podrían establecer sus propias relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia, algo que es rechazado por Kiev.
Esperanzas diplomáticas
El pasado lunes los activistas prorrusos de Donetsk proclamaron la creación de una "república popular", y le pidieron a Putin que ordenara la entrada en Ucrania de las tropas rusas movilizadas en la frontera oriental del país.
No obstante, ni en Donetsk y Lugansk se han visto hasta ahora grandes movimientos populares en apoyo de los prorrusos. Y algunas encuestas recientes muestran que la mayoría de la población del este y el sur de Ucrania es contraria a unirse a Rusia.
Por el momento varios miembros de las fuerzas de seguridad y personalidades influyentes, como el magnate Rinat Ajmetov o el gobernador de la región, están participando en las negociaciones con los activistas prorrusos de Donetsk, una región minera que fue el feudo del derrocado presidente Yanukóvich.
"Están trabajando en una solución pacífica y somos optimistas" dijo el viceprimer ministro Vitali Yarema, quien se encuentra en la región.
Los países occidentales, con los Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, acusan al Kremlin de ser el responsable de estos sucesos en la región, algo que los rusos niegan.
El derrocamiento de Yanukóvich y la posterior anexión de Crimea a Rusia han desatado la
entre Moscú y Occidente desde la
A pesar de esto, el martes una fuente europea consultada dijo que podrían llevarse a cabo negociaciones directas entre Moscú y Kiev que comenzarían a
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