El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró que la medida de fuerza convocada por el sindicalismo opositor es "un gran piquete nacional con paro de transporte" cuyo "líder visible" es Luis Barrionuevo. Más irónico que de costumbre, el funcionario indicó que el gastronómico se convirtió en el nuevo referente de la CGT opositora y del Frente Renovador, partido que también integran Sergio Massa, Felipe Solá y Darío Giustozzi.
"Parece que la izquierda, que buscaba un nuevo referente, encontró también en Luis Barrionuevo a su nuevo líder", analizó el jefe de Ministros en relación a los piquetes que lanzaron distintos partidos en los accesos a los principales centros urbanos del país.
Al momento de la conferencia, distintas agrupaciones de izquierda bloqueaban el ramal Tigre de la autopista Panamericana, el Acceso Oeste, Córdoba y Junín, la autopista Buenos Aires - La Plata, el cruce de las avenidas Callao y Corrientes y la autopista General Paz, entre otros puntos neurálgicos del área metropolitana.
El funcionario ninguneó a Hugo Moyano. Nombró al "camionero" sólo para corregir a una periodista pero no lo incluyó en ninguna de sus respuestas sobre la huelga nacional. En cambio, optó por comparar las protestas con medidas medievales: "La estrategia que ha utilizado este arco opositor en la Argentina es pretender sitiar a grandes centros urbanos. Es una metodología a la vieja usanza del Medioevo. Los señores feudales utilizaban mecanismos de impedimentos de acceso para la población".
En su habitual conferencia de prensa en Casa de Gobierno, Capitanich advirtió que "no hay lugar para la barbarie" y pidió no "recurrir a medidas antidemocráticas que impiden cumplir el derecho a trabajar". "Hay un sinnúmero de trabajadores adheridos a otras centrales que no han podido concurrir a sus trabajos a partir de los piquetes que impiden la libre circulación", recordó.
El hasta hace poco gobernador de Chaco aclaró que "el derecho a huelga es un derecho consagrado en la Constitución" y que le parece "completamente legítimo su uso". Pero advirtió: "Lo que no se puede hacer es impedir el libre ejercicio de ese derecho. Hay trabajadores que no están de acuerdo y no pueden concurrir a sus lugares de trabajo".