Los casos de linchamientos de las últimas semanas llegaron a oídos del papa Francisco, quien expresó en una carta su rechazo a la violencia y a la justicia por mano propia. El Pontífice respondió un mensaje que les enviaron los hermanos Carlos y Rodolfo Luna, dos argentinos exiliados en Suecia y ahora militantes de la paz.
Los hermanos le contaron de la muerte de David Moreira, un rosarino de 18 años, a manos de medio centenar de vecinos que lo acusaron de robar una cartera. De ese relato, el Papa reflexionó sobre los hechos de violencia y se preguntó: "¿Qué cosa falló?
A continuación se reproduce el texto enviado a los gemelos Luna:
Gracias por su correo de ayer. Me dolió la escena. Fuenteovejuna, me dije. Sentía las patadas en el alma. No era un marciano, era un muchacho de nuestro pueblo; es verdad un delincuente. Y me acordé de Jesús; que diría si estuviera de árbitro allí?: el que esté sin pecado que dé la primera patada.
Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban. Pensé que a ese chico lo hicimos nosotros, creció entre nosotros, se educó entre nosotros. Qué cosa falló? Lo peor que nos puede pasar es olvidarnos de la escena. Y que el Señor no de la gracia de poder llorar... , llorar por el muchacho delincuente, llorar también por nosotros.
El propio Carlos Luna contó en diálogo con Vorterix que le describió los hechos en una carta que mandó un sábado y el domingo, al día siguiente, el papa Francisco le contestó.
No es la primera carta que Francisco les envía a Carlos y Rodolfo. Los gemelos Luna intercambian correos electrónicos con el Papa desde hace un tiempo, para contarles la situación en la que se encuentran. De esas conversaciones surgió la posibilidad de visitar el Vaticano y Francisco los recibió a mediados de febrero, en una audiencia que se extendió por casi una hora.