En su tradicional Panorama Económico Mundial dado a conocer ayer en Washington, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que Venezuela, con una suba de precios del 40,7% (56,3 según estudios privados), registró en 2013 la inflación más elevada dentro de los 185 países relevados. Le siguieron Sudán con 36,5% e Irán con el 35,2%.
Argentina aparecería en el cuarto lugar si se tiene en cuenta el índice Congreso, basado en datos de las consultoras privadas, que arrojó una inflación del 28,3 por ciento el año pasado, afirma el diario Ámbito Financiero. No obstante, para el FMI, el costo de vida que publicó en su informe fue el provisto por el Indec, que dio un aumento de precios de apenas el 10,8 por ciento en todo 2013.
Así, el quinto lugar entre las naciones con un encarecimiento del costo de vida muy elevado fue para Belarús, con un índice del 18,3%. En el trabajo del organismo internacional también se asimiló a la Argentina con Venezuela en cuanto al "deterioro" de sus previsiones para mediano plazo. La economía gobernada por Nicolás Maduro será la única latinoamericana con resultado negativo mientras que el Ejecutivo nacional apenas podrá evitar el estancamiento, dice el FMI.
En materia de aumentos de precios en la región, después de Venezuela y Argentina se ubica Uruguay con una inflación oficial del 8,6% en 2013 y una proyección del 8,3% para este año, le sigue Brasil 6,2% y 5,9% para 2014 y Bolivia 5,7% con una suba a 6,8% para el corriente año.
A nivel mundial, por el contrario, el informe destaca que la inflación se mantiene en bajos niveles en los países desarrollados, en especial en la zona euro, reflejando tanto la subsistencia de una alta capacidad ociosa como el impacto de las recientes caídas en los precios de las materias primas.
Para el FMI, la tendencia a la baja de la inflación es también dato de alarma para las economías mundiales. "Uno de los motivos de preocupación en la zona euro es la deflación (...) y si se materializa el ajuste en el conjunto de la zona euro y especialmente en los países de la periferia sería muy difícil", señaló en conferencia de prensa el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard.
Blanchard instó a la zona euro a hacer "todo lo posible por evitar" la deflación. Tal situación provocaría "mayores tipos de interés reales, un incremento en la carga de deuda pública y privada, y menor demanda y producción". Para minimizar los riesgos, el FMI recomienda a las economías avanzadas evitar "retiradas prematuras" de sus políticas monetarias acomodaticias.
En el caso concreto de la zona euro, considera necesaria una mayor relajación monetaria para respaldar la actividad económica y ayudar a que el Banco Central Europeo (BCE) alcance su objetivo de estabilidad de precios, lo que a su vez reducirá el riesgo de una inflación todavía menor o incluso deflación.