El precio por llevar a la debacle a uno de los clubes más importantes del país y más reconocido del mundo parece ser alto. La condena social que esa situación demanda, genera que los responsables intenten vivir el resto de sus días buscando pasar inadvertidos.
Tras la euforia que significó el inicio de la gestión Aguilar en River, el club se fue a 'pique'. El abogado asumió el cargo en 2001 luego de ser elegido con el 56% de los votos. Con tres campeonatos debajo del brazo, fue reelegido en 2005 sacando una amplia ventaja a sus competidores. Pero desde ahí, todo cambió: el equipo empezó a transitar el camino de la 'malaria' y las arcas del club se fueron vaciando lentamente.
Aquel club modelo de años anteriores a su arribo, se transformó en una institución cercana a la quiebra y que, desde lo futbolístico, vivió su momento más triste, bajo la gestión de Daniel Passarella, descendiendo a la B Nacional. A pesar de que los hinchas criticaron al "Kaiser", el principal apuntado por el presente del "Millonario" siempre fue Aguilar, a quien su sucesor había prometido investigar, aunque eso sólo quedó en un slogan de campaña.
Hoy, y luego de ocupar un cargo en la FIFA como comisionado en el Mundial de Clubes del 2011, Aguilar pasa sus días en el más absoluto silencio. Su reaparición, discreta y en total soledad, se dio en un bar de Belgrano R, mientras leía un libro. Lo cierto es que el ex Presidente de River vive lejos de las cámaras y buscando pasar inadvertido. La condena por la situación de la entidad de Núñez llevó a que, por ejemplo, en 2012 sea escrachado en Brasil, cuando fue reconocido por un grupo de hinchas durante sus vacaciones.