El gobierno de los Estados Unidos expresó, este lunes, su inquietud ante las masivas movilizaciones prorrusas que acontecieron este fin de semana en el este de Ucrania y que incluyeron la ocupación de edificios gubernamentales y la "declaración de independencia" de la importante ciudad de Donetsk. El secretario de Estado, John Kerry, llamó por teléfono al canciller ruso, Sergei Lavrov, para reiterarle la importancia de que ambos países lleguen a un acuerdo sobre la crisis entre Rusia y Ucrania.
"Estamos preocupados por varios movimientos progresivos en Ucrania durante el fin de semana. Vimos cómo grupos de manifestantes prorrusos tomaban edificios del gobierno en las ciudades orientales de Kharkiv, Donetsk y Lugansk, y hay pruebas que sugieren que algunos de estos manifestantes fueron pagados y no eran residentes locales", aseguró, por su parte, el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, en conferencia de prensa.
El funcionario estadounidense informó que, en respuesta, el gobierno de Barack Obama se comunicó con el presidente ruso, Vladimir Putin, para advertirle de que habrá "nuevas consecuencias" si no cesa "todos sus esfuerzos por desestabilizar Ucrania". "Si Rusia se mueve hacia el este de Ucrania, ya sea abiertamente o de forma encubierta, esto sería una escalada muy grave", señaló.
Carney se refirió a los actos ocurridos en Donetsk, y aludió a "un grupo de separatistas prorrusos" que, según dijo, montaron barricadas en edificios gubernamentales y declararon la creación de la República Popular de Donetsk, así como el anuncio de un referéndum para el 11 de mayo con la intención de unirse a Rusia. "Estas personas no tienen la autoridad legal para tomar cualquiera de esas decisiones", apuntó.
El vocero presidencial insistió en que "las fuerzas externas estaban participando en crear estas provocaciones". "Lo que pasa en Donetsk es preocupante para nosotros por el potencial de que haya más incidentes y se use como un pretexto para otras acciones y para situaciones que no tienen precedentes", agregó.
El temor del gobierno de Ucrania es que en el este del país haya regiones que se declaren independientes y reclamen la anexión a la Federación Rusa, tal como lo hizo Crimea a mediados de marzo. El referéndum convocado por las autoridades prorrusas de esa península fue considerado ilegítimo por la comunidad internacional y condujo a una crisis política con dos polos opuestos: Occidente y Rusia.
Los gobiernos europeos y estadounidense aplicaron sanciones inmediatas a Moscú para desalentar las acciones en Ucrania. Pero en este país, que formó parte de la Unión Soviética y donde vastos sectores de la población se identifican con Rusia, los movimientos separatistas se han multiplicado en las últimas semanas, lo que mantiene en alerta a Kiev y sus aliados.