El T.O.C. es un trastorno que afecta a muchas personas y puede presentarse en la infancia, aunque aparece en la adolescencia con más frecuencia. En la mayoría de los casos, quien lo padece vive esta afección en silencio, con prejuicio y vergüenza, confundiéndola con una mala costumbre o con una "manía".
"El "yo soy así", justifica un cuadro que persiste a veces durante años, disminuyendo notoriamente la calidad de vida porque provoca interminables rituales para controlar la situación (tales como lavarse las manos con excesiva frecuencia, bañarse varias veces por día en forma meticulosa o empleando enorme cantidad de tiempo, ordenar la ropa en forma exageradamente prolija y de una forma determinada)", explicó el doctor Gustavo Bustamante, doctor en psicología y director general de la Fundación Fobia Club.
"Resulta imposible describir todas las variantes y acciones, pero en general tienen una característica común: son ideas, pensamientos o compulsiones de realizar acciones determinadas que se imponen, a pesar de ser reconocidas como ilógicas o absurdas, ya que de otra forma sobreviene una sensación de angustia y temor de que algo malo vaya a ocurrir. En otros casos, el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo: la persona ve una tijera o vidrios rotos y teme sufrir el impulso de clavárselo a un ser querido; o siente la compulsión de robar un objeto o de realizar un acto cualquiera como dar un beso o realizar una maniobra absurda", indicó el experto.
El doctor Bustamante sostuvo que diversos estudios científicos descubrieron la presencia de desequilibrios en los mecanismos bioquímicos que regulan el funcionamiento del sistema nervioso central, base orgánica de este trastorno que puede ser compensada con un tratamiento adecuado llevado adelante por un especialista.
"Lo importante es que existen alternativas eficaces -la psicoterapia y en algunos casos la medicación- que permiten reducir las obsesiones, las compulsiones y mejorar la calidad de vida. Para lograrlo, quien padece estas conductas o pensamientos no debe ocultar su problema. Siempre, lo más conveniente, es pedir ayuda profesional", indicó Bustamante.
¿Qué son las obsesiones?
Las obsesiones son
pensamientos, ideas o imágenes inadecuadas y desagradables que se le imponen al
sujeto de forma intrusiva y repetitiva, generando un malestar clínico
significativo. El contenido de estas
ideas es irracional, absurdo y moralmente inadecuado desencadenando angustia,
duda y culpa al mismo tiempo.
El sujeto reconoce las
obsesiones como ideas irracionales, sin embargo, no puede detenerlas y cae una y
otra vez en rumiaciones inútiles y parásitas. Los sujetos que
padecen de TOC tienden a mantener sus obsesiones en secreto durante mucho
tiempo por vergüenza o temor a que los vean como locos. Suelen sentirse
incomprendidos ya que sus familiares apuntan a racionalizar ideas que el sujeto
comprende que son irreales pero que no logra manejarlas.
Las compulsiones o rituales son comportamientos o actos mentales repetitivos y estructurados de una manera rígida. El sujeto acude a ellos con el fin de aliviar de forma mágica la angustia o ansiedad que se despierta tras las ideas obsesivas.
Algunos sujetos
incluyen a sus familiares dentro de sus rituales haciéndoles preguntas
constantes sobre sus obsesiones, pidiéndoles que verifiquen o chequeen algo
junto con ellos, que mantengan los mismos códigos de limpieza, etc. Todo ello
tiene el fin de evitar la ansiedad o encontrar cierto alivio frente a la
angustia que dispara la obsesión.
· Intrusivo e invasivo (Aparece repentinamente y de la nada).
· Absurdo, irreal e irracional.
· De carácter mágico.
· Desagradable, vergonzante, morboso y/o éticamente incorrecto.
· Dubitativo (Las obsesiones hacen dudar al sujeto de sí mismo).
· Inútil y sin un propósito.
· Angustiante.
·
· Secundarias a las ideas obsesivas. Nacen para reducir la ansiedad y angustia que despiertan las obsesiones.
· Comportamentales (verificación, chequeo, etc) y/o mentales (conteo, repetición de frases, etc.).
· Repetitivas, rígidas y estructuradas.
· Mágicamente conectadas con la idea obsesiva.
· De orden adictivo. Dificultad para frenar el ritual o resistirse a él.
·
· Contaminación.
· Agresivos.
· Sexuales.
· Somáticos.
· Religiosos.
· Coleccionismo o acumulación.
· Necesidad de orden y precisión.
· Duda o responsabilidad patológica.
· Lavado personal. (manos, cuerpo, etc.)
· Limpieza de objetos.
· Verificación.
· Repetición de actos.
· Orden y simetría.
· Rituales mentales. (repetir frases, palabras, números de la buena suerte, conteo, etc.)
· Coleccionismo.
Lavadores o limpiadores
Las personas tienen la necesidad imperiosa de lavar excesivamente tanto sus manos, su cuerpo como un objeto. En general hay una estructura rígida de cómo debe hacerse la limpieza conectada con un pensamiento mágico de contaminación.
Las verificaciones son actos que se repiten una y otra vez con el fin de disminuir la ansiedad y se continúan de forma constante hasta que el sujeto sienta que esta se ha apaciguado por completo. Hay una tendencia en estos sujetos a querer comprobar mágicamente que no sucederá aquello que imaginaron. Los rituales más frecuentes son: abrir y cerrar el gas, la puerta, canillas, etc. y/o preguntar reiteradas veces a un familiar sobre su obsesión para que le den seguridad de que lo que piensan no sucederá.
Son personas que tienden a acomodar ciertos objetos o situaciones en un orden determinado. Por ejemplo: ordenan sus placares por color, tamaño, etc. sin poder soportar si algo de ello se encuentra de un modo diferente. En general el obsesivo no podrá irse a dormir por mas cansado que esté sin antes haber terminado todos sus rituales.
Las personas tienden a repetir palabras, frases o números sin sentido con el fin de aliviar la angustia o ansiedad que despertó algún pensamiento obsesivo o imagen desagradable. En general esa repetición debe realizarse de una forma estructurada sin olvidar ningún paso.