Hollande nombró un "gobierno de combate" para Francia

El presidente galo nombró premier al actual ministro del Interior, Manuel Valls, de origen español, en lugar de Jean-Marc Ayrault, quien renunció tras la derrota en las elecciones municipales. Es el más liberal de los socialistas

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 Reuters 163
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Hollande dijo estar "personalmente concernido" por el revés electoral del domingo y pidió a Valls formar un equipo compacto para "enderezar" un país golpeado por la crisis económica, en un mensaje televisado a la nación. "He confiado a Manuel Valls la misión de dirigir el gobierno de Francia" con un equipo "compacto, coherente y unido".

"He oído su mensaje. Es claro", agregó, al asumir la derrota electoral de la víspera, que ha dado alas a la oposición de derecha y a la ultraderecha. "Los cambios son insuficientes y hay, por lo tanto, demasiada lentitud. No hay empleos suficientes y hay, por lo tanto, demasiada desocupación. La justicia social es insuficiente y hay demasiados impuestos", asumió el mandatario, que bate récords de impopularidad.

"He confiado a Valls la misión de dirigir el Gobierno con un equipo compacto, coherente y unido"

El "primer policía de Francia"

Valls, en cambio, es una de las pocas figuras del Partido Socialista que se mantiene en lo alto de los sondeos, aunque sus posturas de firmeza contra la delincuencia le han valido críticas dentro de la izquierda.

El nuevo primer ministro nació en Barcelona, el 13 de agosto de 1962, en una familia de artistas (su padre, Xavier Valls, era un reconocido pintor catalán) y se naturalizó francés tan solo a los 20 años, después de la elección del presidente socialista François Mitterrand (1981-95).

Valls, que se define como un "socio-liberal a la francesa" y partidario de la "tercera vía" del ex primer ministro británico Tony Blair, toma las riendas del Ejecutivo francés en sustitución de Jean-Marc Ayrault. Ideológicamente alejados, pese a formar parte del mismo partido, el flamante premier y Hollande aproximaron sus posturas en la campaña para los comicios presidenciales de 2012.

Su conocimiento de los barrios más sensibles y su gestión de la seguridad en Evry, a las afueras de París, le otorgaban méritos para hacerse cargo del Ministerio del Interior, puesto en el que ha logrado convertirse en el político mejor valorado de un gobierno impopular.

En ese gabinete, ha encarnado los valores más conservadores del PS, centrándose en la lucha contra la criminalidad con la creación de zonas de seguridad especiales en barrios sensibles y multiplicando sus apariciones ante los medios de comunicación.

 AFP 163
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En 2007, incluso estuvo a punto de entrar en el primer gobierno del conservador Nicolas Sarkozy, quien estaba deseoso de integrar a políticos de izquierda en su proyecto de "apertura", pero prefirió plegarse a la disciplina del partido, aunque no abandonó la línea crítica hacia la dirección del PS francés.

El diputado se apoyó en su creciente popularidad, dentro de su circunscripción y de su ciudad, para lograr notoriedad en el ámbito nacional. Un ejemplo de su protagonismo en la actualidad política es la guerra que emprendió contra el polémico cómico Dieudonné y sus reiteradas bromas contra la comunidad judía. Valls salió victorioso de esa batalla y Dieudonné, discreto en los últimos meses, intenta saldar ahora sus cuentas pendientes con el fisco por las diversas condenas en su contra por declaraciones antisemitas.

La designación al frente de Interior lo colocó como una de las figuras más visibles del equipo de Hollande, oportunidad que no ha desaprovechado y que lo ha convertido en el perfecto sustituto del primer ministro.

Pero su gestión como "primer policía de Francia" ha exasperado a los ecologistas, que forman coalición con los socialistas y que amenazaban con abandonar el Ejecutivo si él asumía el mando del Gobierno.

Su entrada en el partido, cuando era estudiante de historia, se debió a su afinidad con la línea centrista defendida por Michel Rocard, que contrastaba con el izquierdismo de Mitterrand. Rocard lo nombró ministro de Relaciones con el Parlamento en 1988, con tan sólo 26 años.

Volvió al Gobierno en 1997 de la mano del entonces primer ministro Lionel Jospin, que lo eligió consejero para la Comunicación y la Prensa.

Tras fracasar en un primer intento por convertirse en diputado en 1997, fue elegido alcalde de Evry en 2001 y logró entrar en la Asamblea Nacional al año siguiente. Su popularidad local no dejó de crecer, a la par que su dimensión nacional.

Revés electoral

Los resultados provisionales de los comicios mostraban que el partido de Marine Le Pen -que se opone a la Unión Europea, es favorable al proteccionismo y contrario a la inmigración- se encamina a asegurar el poder en once alcaldías de Francia, superando con facilidad su récord anterior de la década de 1990, cuando gobernó en cuatro ciudades.

Al menos otras 140 ciudades han cambiado de manos, de la izquierda al principal partido conservador, en un castigo de los votantes a Hollande por su fracaso a la hora de reactivar a la segunda mayor economía de la Eurozona y, sobre todo, de hacer bajar una tasa de desempleo que se mantiene firme en el 10 por ciento.

Los socialistas, con sus aliados ecologistas y comunistas, lograron conquistar cuatro ciudades (Aviñón es la más significativa, porque tras la primera vuelta corría el riesgo de caer en manos del Frente Nacional, FN) y, sobre todo, mantienen el control de la gestión municipal en París, pero también en otras cuatro grandes urbes del país: Lyon, Estrasburgo, Nantes y Lille.

El ultraderechista FN debería gobernar en 14 ciudades, entre las que destacan por su entidad Béziers (de unos 70.000 habitantes, al sur), donde será alcalde el fundador de Reporteros sin Fronteras Robert Ménard, y el séptimo distrito de Marsella, habitado por 150.000 habitantes.

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